Durante la menopausia, el cuerpo de la mujer atraviesa una serie de cambios hormonales derivados, principalmente, de la disminución del estrógeno. Estos cambios suelen traducirse en una pérdida de músculo y masa ósea, un aumento del tejido adiposo en la zona abdominal, mayor rigidez articular, y en algunos casos mayor vulnerabilidad emocional.
Este escenario hace que conservar, o ganar, masa muscular sea una pieza clave: los músculos activos ayudan a mantener el metabolismo, sostener la postura, prevenir caídas, conservar la densidad ósea y sentirse más fuerte tanto física como mentalmente. Elegir un entrenamiento adecuado en esta etapa puede marcar la diferencia en calidad de vida.
Descubriendo el método Barré
El entrenamiento conocido como Barré se presenta como una opción muy útil para mujeres en la menopausia. Se trata de una fusión entre movimientos de ballet, pilates y entrenamiento funcional de bajo impacto, que se puede adaptar a distintos niveles de condición física, según describen sus creadoras Inés Morán y Paola Alaman.
Su formato incorpora trabajo muscular, de fuerza, control, flexibilidad, equilibrio y algo de componente cardiovascular ligero.
Este método hace hincapié en movimientos pequeños, controlados y mantenidos, que activan grupos musculares de forma prolongada sin comprometer las articulaciones. Además, el uso de elementos como la barra de ballet o el apoyo con banda/pelota permite trabajar de forma precisa la musculatura de piernas, glúteos, core y espalda, zonas clave para contrarrestar los efectos de la menopausia.
Beneficios del Barré en esta etapa
- Fortalecimiento muscular y óseo, dado que la rutina ofrece estímulos de resistencia que ayudan a mantener masa muscular y densidad ósea.
- Mejora del equilibrio, la postura y la movilidad, lo cual es esencial conforme cambia el cuerpo y los huesos pueden volverse más frágiles.
- Estimulación del metabolismo y ayuda en el control del peso, gracias a que se trabaja la musculatura de modo que facilita una quema de grasa más eficiente.
- Bienestar emocional: la música, el entorno grupal de las clases y la conexión cuerpo-mente que propone el método contribuyen a reducir el estrés, mejorar el humor y generar una sensación de bienestar global.
- Adaptabilidad: hay distintas variantes del Barré que permiten modular la intensidad según necesidad. Por ejemplo, una versión más dinámica con intervalos de alta intensidad y otra de tipo más pausado, centrada en movimientos controlados que estilizan y alargan el cuerpo sin impacto.
En resumen, el Barré se perfila como una disciplina integral que aborda tanto el aspecto corporal —masa muscular, fuerza, densidad ósea, postura— como el emocional y la confianza personal durante la transición de la menopausia. Puede convertirse en una herramienta útil para aprovechar esta fase como una oportunidad de transformación más que de declive.
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