Un estudio piloto sugiere una conexión entre el comportamiento sedentario y la recuperación muscular después del ejercicio intenso. El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ottawa, ofrece una perspectiva interesante sobre cómo la recuperación luego de una rutina de ejercicios intensa requiere un descanso estratégico.
¿Demasiada pasividad? La ciencia responde
Cuando terminamos una sesión de ejercicio intensa, especialmente un entrenamiento de pierna, lo natural es querer tirarse en el sofá y no moverse más. Sin embargo, el estudio piloto sugiere que este comportamiento puede ser contraproducente.
La investigación se centró en un grupo de participantes a los que se les sometió a un entrenamiento de tren inferior muy demandante. Durante los días siguientes, los científicos monitorearon de cerca su proceso de recuperación, analizando:
- Dolor muscular: ¿Cómo se sentían los participantes?
- Esfuerzo percibido: ¿Qué tan difícil les parecía el entrenamiento después de la recuperación?
- Recuperación de la fuerza: ¿Qué tan rápido volvían a generar la misma fuerza?
- Inflamación muscular: se midieron los niveles de químicos que indican inflamación en la sangre.
Además, los participantes registraron el tiempo que pasaban sentados cada día, lo que permitió a los investigadores correlacionar el comportamiento sedentario con los resultados de la recuperación.
Los resultados: levantarse para recuperarse
El veredicto del estudio es claro: cuanto más tiempo pasaban sentados los participantes, más lenta era su recuperación. Los hallazgos principales fueron los siguientes:
- Mayor dolor muscular: aquellos que pasaron más tiempo inactivos reportaron un nivel de dolor más alto.
- Recuperación más lenta de la fuerza: les tomó más tiempo volver a generar la fuerza máxima antes del entrenamiento.
- Mayor percepción del esfuerzo: el entrenamiento posterior les pareció más difícil de lo que realmente fue.
Los investigadores creen que el problema con estar sentado son los períodos prolongados, ya que restringen el flujo sanguíneo. Esto, a su vez, limita el suministro de nutrientes y oxígeno a los músculos que están en proceso de reparación, lo que ralentiza todo el proceso.
La conclusión: pequeños movimientos, grandes beneficios. Aunque el descanso es fundamental para la recuperación, el estudio sugiere incorporar pequeños movimientos en tu rutina diaria, tales como:
- Toma pausas para caminar cada hora (si lo haces descalzo obtienes más beneficios).
- Usa un escritorio de pie por períodos cortos.
- Haz estiramientos ligeros mientras trabajas o ves televisión.
En resumen, si buscas una forma simple y efectiva de acelerar tu recuperación muscular, la respuesta podría ser tan simple como levantarte y moverte más.
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