El dolor cuando haces ejercicios es común y puede deberse a varias razones como, tensión, sobrecarga o lesión muscular por el esfuerzo físico.
Además, el dolor es frecuente cuando se empieza una nueva rutina o se aumenta la intensidad. Refiere la Inteligencia Artificial que el dolor muscular suele aparecer entre 12 y 24 horas después del entrenamiento, alcanzando su punto máximo entre 24 y 72 horas.
¿Por qué se genera dolor cuando haces ejercicios?
Este dolor muscular se describe como incomodidad y rigidez muscular, la cual se siente más frecuentemente cuando se inicia una actividad física luego de un periodo de inactividad, se inicia con un nuevo programa de ejercicios o cambia los componentes de la rutina existente, tal como la intensidad, el volumen o la selección de ejercicios, comparte el blog de Baptist Health South Florida.
La Dra. Carolyn Marie Kienstra, especialista en medicina deportiva pediátrica en UHealth Sport Medicine señala que, que el dolor muscular puede producirse en cualquier momento y debe desaparecer progresivamente durante los próximos días. “A medida que el cuerpo se acostumbra a un ejercicio determinado, debe disminuir la gravedad y la duración del dolor. Siempre y cuando la sensación que sienta sea un dolor sordo y no sea un dolor punzante, intenso, probablemente esté bien”.
Afortunadamente, si bien es normal, hay formas de minimizarlo y aliviarlo acotan expertos.
¿Qué se recomienda?
Los expertos de Harvard recomiendan para evitar el dolor cuando haces ejercicios, no solo estiramientos y suplementos, también mantener una alimentación equilibrada con proteínas, antioxidantes y omega 3.
Comparte Infobae que después de un entrenamiento intenso el cuerpo no solo necesita descanso, también necesita nutrientes específicos para repararse y fortalecerse. “Los nutrientes actúan como moduladores biológicos, ayudando a que el organismo no solo se repare, sino que también se adapte y mejore su rendimiento”.
Para ello, se recomienda ingerir entre 15 y 25 gramos de proteína en la primera hora tras el ejercicio, pues con ello facilita la recuperación muscular. Además, sugiere obtener omega 3 de fuentes naturales como salmón, sardinas, nueces, semillas de lino y chía. Alimentos que también aportan otros micronutrientes valiosos para el organismo.
Además, Harvard comparte los alimentos clave para cada tipo de entrenamiento:
“Entrenamiento de fuerza: pescados grasos, cerezas, cúrcuma, té verde, quinoa, jengibre.
Entrenamiento HIIT: cambures, espinacas, verduras de hoja verde como el brócoli, frutos secos y semillas.
Opciones versátiles: yogur griego, avena con frutos rojos, aceite de oliva, batidos que combinen proteínas y antioxidantes”.
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