Las posibles decisiones de Joe Biden sobre Venezuela no dejan de tener su lugar en el debate. En primer lugar, las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos están tan deterioradas, que las opciones de que empeoren con el presidente electo Joe Biden, son mínimas. Pero la pelota está en el tejado del flamante ganador, que debe decidir si continúa el legado de Donald Trump. O por el contrario afloja la soga de las innumerables sanciones.
De proclamarse oficialmente, Biden recibirá de su antecesor la herencia de cientos de documentos con el nombre de Venezuela grabado a fuego como uno de los objetivos prioritarios en su política exterior. Por lo tanto, las decisiones de Joe Biden sobre Venezuela se centran en un escenario. Levantar todas o parte de las sanciones que el Gobierno saliente impuso al país. Sanciones que, según Nicolás Maduro, son las culpables de todos los males que asfixian a los venezolanos, que viven sin apenas servicios básicos y con una salario mínimo mensual que no llega al dólar.
Si la decisión de Biden sobre Venezuela es eliminar o disminuir las sanciones, Maduro deberá demostrar que lo que le ha servido como coartada hasta el momento es una realidad y no una forma de evadir sus responsabilidades. No son pocos los economistas que aseguran que el problema de Venezuela no depende de las sanciones o los bloqueos de cuentas y empresas estatales. Sino de una Administración que ha dejado que el país se hundiera en la miseria por su incapacidad para gobernar.
Los opositores argumentan que la crisis empezó mucho antes del 2017, cuando comenzaron la ola de sanciones. Hasta entonces, los castigos a Venezuela eran en forma de restricción de visados. Principalmente a funcionarios vinculados a violaciones de derechos humanos y corrupción.
Sin embargo, la insistencia de Maduro y su Ejecutivo mantiene todavía convencida a una parte de la población.
La visión de Biden sobre Venezuela
Los vaticinios sobre las posibles decisiones de Biden sobre Venezuela vienen alimentados por la opinión que Donald Trump alimentó en contra del demócrata durante su campaña. Especialmente relevante, aquella con la que aseguró que Biden "llenará su administración con los castro-chavistas". Un discurso fundamentalmente dirigido a las masas latinas.
Sin embargo, este discurso quizás no sea tan certero. El propio presidente electo calificó al Gobierno de Maduro de "brutal régimen socialista" durante sus mítines. Asimismo, las posibles medidas que tenga Biden sobre Venezuela pueden venir influenciadas por algunos de sus asesores. Entre ellos destaca Antony Blinken, asesor de política exterior de la campaña presidencial del demócrata. Un político que se ha referido al Ejecutivo de Maduro como "régimen asesino".
Ante este panorama, no está muy claro que el próximo huésped de la Casa Blanca vaya a reducir las presiones que actualmente ejerce EEUU sobre Venezuela o si estará dispuesto a dialogar y negociar con Maduro para alcanzar acuerdos que den un respiro al maltrecho país caribeño.
El presidente venezolano, quien felicitó a Biden horas después de que fuera proclamado vencedor, lo tiene claro. Su Gobierno -dijo una semana antes de las elecciones estadounidenses- tiene “una sola política” respecto al país norteamericano, que es “el diálogo”.