Los casos de bullying o acoso escolar se deben a una red de implicados, más allá del agresor o víctima, por lo que hay responsabilidad en como prevenir o detener los casos que ya se registran.
Rosa Pellegrino, psicóloga de Cecodap, resalta que la víctima sufre de diferentes maneras, con agresiones psicológicas y físicas.
Cabe destacar que esta situación requiere de importancia y relevancia, debido a que son acciones voluntarias, pues ningún niño acosa a otro por accidente.
La especialista expresó a 2001 que los menores viven alteraciones en su estado de ánimo, todas de ellas negativas.
Entre ellas está la tristeza y miedo, pero también la rabia y frustración.
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Las calamidades del bullying
“Los pequeños disminuyen su rendimiento en la escuela y otros lugares, porque están pendientes de protegerse”, comentó Pellegrino.
Agregó que las víctimas buscan un lugar seguro, lo que los hace alejarse de toda la realidad, recayendo en los teléfonos o videojuegos.
Con esto viene el desequilibrio en la alimentación y sueño, algunos comen y duermen más, otros lo hacen menos.
A parte de todo esto, la manifestación más grave de la víctima de bullying es la autolesión, entre ella el intento de suicidio.
Por tal razón, es vital que todas las personas alrededor tomen en cuenta la situación, para detenerla y prevenirla.
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El bullying no es un "jueguito"…
Por su parte, Angela Villafranca, abogada del Servicio de Atención Jurídica de Cecodap, expresa que el acoso es una situación real que no debe minimizarse. Sobre todo, por las graves consecuencia que presentan las víctimas.
“En muchos casos el niño no lo comenta, pero los padres notan el cambio”, señala. A esto se le llama Síndrome del Domingo, cuando el menor se siente triste, con ansiedad y miedo de ir a la escuela, esperando que el domingo no acabe.
Es ahí donde entra la participación de los testigos. La abogada puntualiza que los colegios deben estar al tanto, para tomar acciones.
En algunos hay tratos, de ayudar tanto a la víctima como al victimario con asistencia psicológica.
Ambas personas consultadas afirman que el agresor principal también puede ser víctima de maltrato en otro lugar, razón por la cual canaliza esa frustración y sentimientos sobre otra persona a la par de él.
Acciones a tomar
Una vez que la situación empeora y la unidad educativa no puede hacer nada, es cuando los representantes se dirigen a los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes o al Ministerio Público si hay un delito de por medio.
Cabe destacar que el bullying no es considerado un delito, por lo que solo se pena o sanciona las acciones que vienen después de este, como una lesión grave provocada por el agresor, así lo explicó Villafranca.
A diferencia de cuando se trata de adultos que están al tanto del acoso, pero deciden no intervenir, está el delito por omisión, la pena varía dependiendo del caso y puede llegar hasta los cinco años de cárcel.
Además, la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente señala que toda persona que trabaje o esté cerca de niños está en la responsabilidad de velar por la integridad del menor de edad, como un pediatra, un docente y un padre.
El dato: efemérides
El 2 de mayo se celebra el Día Internacional del contra el Bullying o el Acoso Escolar.
De acuerdo a estudios realizados por UNICEF, uno de cada tres, es víctima de este tipo de violencia.
Gran parte de los afectados no logra sanar las consecuencias psicológicas que deja en ellos.
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