Las elecciones presidenciales en España se avecinan, así, este domingo 23 de julio se perfila como un momento crucial para el andar del gobierno ibérico… Pero en esta lucha de poderes, persuasiones y propuestas: ¿Quién ganará?
La interrogante que marca el portal El País, es: ¿Votas estratégico?, pues con esta pregunta se han dispuesto mostrar cómo marcharían los escaños Aquí escaños en juego en cada provincia.
Esto, claro está; basado en encuestas y su respectiva incertidumbre. Pues bien, el PP y PSOE tienen unos 25 asientos en el aire; pero Sumar y Vox, alrededor 12.
Tras simular las elecciones 15.000 veces, el medio señala para cada partido y provincias sus escaños: Seguros (99% probable), Probables (75-99%), En juego (25-75%).
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¿Quién va a ganar las elecciones en España? Estos son los cálculos que parecen más acertados
Por ejemplo, en Madrid TODOS los grandes partidos tienen escaños en juego. Se reparten 37, y como las encuestas son aproximadas, hay margen de error para que todos los partidos tengan opciones de ganar algún asiento o perderlo. Y pasa casi igual en Barcelona.
En cambio, en las provincias más pequeñas es al revés: allí el reparto de escaños a veces resulta previsible.
Otros ejemplos: muchas provincias de tres asientos (Zamora, Segovia, Palencia, Cuenca o Ávila) donde es muy probable que el PP se lleve dos y el PSOE uno.
¿Qué pasa por partidos? Lo habitual: las fuerzas pequeñas o medianas y no territoriales —Sumar y Vox— son los que saldrán probablemente perjudicados por el sistema electoral. Sumar tiene difícil escaño en 29 provincias; Vox en 26. Es ahí donde surge el reclamo del voto útil.
(Eso explica —en parte— por qué el PP ronda en las encuestas el 41% de los escaños con el 34% de votos, y el PSOE, el 31% con 28%, mientras que Sumar y Vox, con un 13% de votos cada uno, no pasan del 10% en escaños.)
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Votar haciendo cálculos es legítimo…
Votar haciendo cálculos es legítimo (lo incentiva el sistema electoral). No obstante, también es cierto que los partidos no son todos iguales. Y que el voto puede enviar un mensaje incluso cuando no se traduce en un asiento, como pasa por ejemplo con los votos en blanco.
¿Habéis hecho esto ya? ¿Salió bien? Sí, varias veces. En abril de 2019 el modelo acertó TODOS los escaños que daba por ‘seguros’ y el 96% de los ‘probables’ (solo debía acertar el 88%). Los 105 ‘en juego’ efectivamente lo estaban: el 48% se cumplieron y el 52% no.
¿Dónde es más difícil predecir? Es importante una advertencia: lo anterior es un cálculo basado en sondeos, cauto y que ha funcionado en el pasado, pero no deja de ser una aproximación. Los partidos pequeños o nuevos son especialmente complicados.
¿Por qué ocurre esto? Por las características del sistema electoral español. Los escaños se reparten por provincias de tamaño relativamente pequeño, y eso hace que en algunas un partido tenga a veces poca probabilidad de lograr el último asiento.
Es útil ver un ejemplo ficticio. Supongamos una provincia que reparte tres escaños, donde las encuestas colocan al primer partido alrededor del 46% de votos, al segundo con un 30%, y al tercero y al cuarto con 12% cada una.
Por la Regla Dhondt, y aunque las encuestas se desvíen bastante, el primer escaño será casi seguro para el primer partido. El segundo será para el segundo.
Y el tercero, de nuevo para el primero: su 46/2 es muy superior al 30/2 del segundo y el 12 del tercero y cuarto. Es decir, que aunque las encuestas fallasen por muchísimo, esos tres escaños están claros.
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