Cada 5 de diciembre es el Día del Profesor Universitario en Venezuela.
Es una profesión que permite, a quienes la ejercen, de formar y forjar a las nuevas generaciones.
En el mundo, los profesionales universitarios son admirados y respetados.
Sin embargo, en el país, tan digno oficio se ha visto menospreciado y subvalorado por diferentes razones.
Para actualizar un poco las condiciones en las que se encuentran los profesores universitarios venezolanos, el director de 2001, Juan Ernesto Páez-Pumar, entrevistó en La Conversa 2.0 al presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), José Gregorio Afonso.
El académico ucevista indicó que el salario máximo de un profesor universitario en el país, equivalente en divisa, es de 50 dólares.
“Es un aproximado, puede ser menos, sobre todo por el tipo de cambio de los últimos días que ha disparado aún más la inflación”.
Detalló que, el ingreso promedio de 50 dólares es para los profesores titulares, que deben cumplir con los siguientes requisitos, según apuntó:
“Mínimo 15 años de experiencia, haber presentado 4 trabajos de ascenso y 4 trabajos de investigación ante jurados.”, puntualizó.
Además, los profesionales de la docencia universitaria tienen que haber hecho una elección pública y haber ganado un concurso de oposición, doctorado concluido y obra publicada, según dijo.
Resaltó que ese mismo profesor en otros países de América Latina, con base a un estudio de la UCV, supera por mucho al ingreso venezolano.
“En Brasil, México, Ecuador y Colombia, perciben de 3.500 a 4.200 dólares. En Venezuela, ganan a duras penas 50 dólares”.
Comentó que en el caso de los profesores que están comenzando su carrera, graduados y con una especialización o maestría, “ganan más o menos salario tabla de 21 a 24 dólares”.
Recordó que dichos salarios tuvieron un efímero repunte en el mes de marzo, cuando el sueldo mínimo nacional se multiplicó por 18 y llegó a 130 bolívares.
“Nosotros, por ejemplo, los profesores titulares, pasamos de 11 dólares a 110 dólares. Eso se ha mantenido, pero se ha depreciado el bolívar, que es la moneda con las que nos pagan”, afirmó.
Específico que el ingreso a la fecha es de 522,16 bolívares.
“Entonces en ese momento hablaron de un camino de recuperación del salario, pero parece que fue un camino empedrado porque el salario no se ha recuperado en lo absoluto”, manifestó.
“No tenemos nada que celebrar, solo conmemoramos la libertad académica”
Ante una pregunta recurrente, pero que no deja de ser oportuna en un contexto país en el que los docentes universitarios deben sortear un sinfín de contratiempos, el profesor Afonso explica por qué no hay nada que celebrar en Venezuela.
“No es solo el tema de nuestras remuneraciones escandalosas y que son las más inferiores del planeta. Es que no hay otro lugar en el mundo donde los profesores universitarios tengan esta remuneración que percibimos en Venezuela”, expresó.
El académico aseguró que ni siquiera en países como Siria o Etiopía, con contextos muchos más adversos que los de Venezuela, los ingresos de los profesores universitarios son tan ínfimos.
Igualmente hizo referencia a las condiciones con las que deben lidiar para desarrollar la actividad científica y académica que a su juicio son “verdaderamente precarias”.
Al respecto, considera que, si bien, no existen motivos para celebrar, sí los hay para conmemorar la efeméride que busca reconocer el trabajo de los profesionales de la educación superior.
“Para nosotros los académicos, en Venezuela y en el planeta, hay un elemento que es muy importante, el valor de la libertad. Aún conmemoramos nuestro día como una reivindicación de la autonomía”.
En tal sentido, detalló que entre los muchos obstáculos impuestos a la comunidad universitaria se cuentan la pérdida de la autonomía financiera, “de estar intervenida jurídicamente porque no podemos elegir a nuestras autoridades”, dijo.
Aseveró que aun cuando las trabas por parte del Gobierno central son constantes, todavía mantienen la libertad de cátedra como un principio que reivindican cada 5 de diciembre.
“Conmemoramos la libertad académica que, de acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este año adquirió el rango de derecho humano. De manera, que tenemos algo que conmemorar y poco o nada que celebrar”, sentenció.
Algunos emigran y otros se resisten a abandonar el Alma Mater
José Gregorio Afonso explicó que existe formalmente la dedicación exclusiva a la enseñanza académica dentro de la universidad.
No obstante, subrayó la imposibilidad de sobrevivir solo con los 50 dólares. Ante ello, aseveró que muchos profesores deben buscar otras formas de ingreso.
Expresó que en otros términos las relaciones laborales de los profesores universitarios son premodernas.
“Aquí es realmente una entelequia aquello de 8 horas de descanso, 8 horas de recreación y ocho horas de trabajo. Eso no se puede cumplir en lo absoluto”, afirmó.
Añadió que la alteración de lo que era, en otros tiempos, una jornada de trabajo normal es lo que ha generado una migración importante de profesores.
“Además, eso también significa que los docentes e investigadores universitarios vivimos aquí como los emigrantes. Tenemos que buscar todos los trabajos que sean posibles para subsistir”.
Precisó que como consecuencia de la crítica situación que enfrentan, se ha perdido más del 44 % de los profesores universitarios en el país,
“Bien sea, porque han migrado a otros oficios o porque se han marchado al exterior”, agregó.
Una educación virtual que no es tan novedad
El también investigador de la UCV expuso que la educación bimodal, presencial y a distancia, existe en la universidad venezolana desde hace tres décadas, al menos.
“En el caso de la UCV, así es. Obviamente con la pandemia tuvo una explosión y hoy una parte de nuestros cursos se combinan bajo la bimodalidad”, apuntó.
Al respecto, aclaró que el recurso de la teleducación no obedece exclusivamente al hecho de haberse convertido en una opción para aquellos profesores que desean mantenerse en casa y, por ende, tener la oportunidad de dedicarse a otros oficios.
Explicó que la educación a distancia es solamente factible en enseñanzas de corte teórico, que no son docencias de servicio.
“En el caso de la odontología o medicina, que se practican con pacientes o en el área de la docencia experimental y de campo, cuya naturaleza requiere de laboratorio y estaciones experimentales, la asistencia universitaria es estrictamente presencial”, precisó.
Sin embargo, reconoció que en buena parte la modalidad de enseñanza online o virtual está ocurriendo como la alternativa a la que acuden muchos profesores para combinar varios trabajos o formas de ingresos económicos.
Un profesional, varios empleos
El presidente de la Apucv resaltó que, por los motivos anteriormente mencionados, quienes desean permanecer en la educación superior deben financiar su existencia a través de la búsqueda de otros trabajos.
“Mi línea de investigación es la profesión académica en Venezuela y he dicho, en varias oportunidades, que un aspecto que prolifera en los profesores universitarios es el pluriempleo, que es tener tres o cuatro trabajos para mantenerse en la universidad”.
Afonso comentó que además de recurrir al pluriempleo, muchos profesores se han visto en la obligación de acudir a la solidaridad de familiares, amigos y colegas que ayuden a financiar su estadía como docentes en los recintos universitarios.
“Un profesor titular debe pasar por esto. Si habláramos de Domingo Maza Zabala o Jacinto Convit, si estuvieran vivos, no ganarían más de 50 dólares al mes, que es lo que establece el salario tabla. Con eso no vive nadie”, cuestionó.
Añadió que, entre otros efectos de esta realidad, se pierde cada día la calidad universitaria pública venezolana.
“Efectivamente, nosotros vivimos tiempos muy difíciles desde antes de la pandemia, y con ella se agudizaron en todos los sentidos y en términos de la precarización sostenida de nuestras condiciones laborales”, expresó.
Generación de relevo amenazada
“Lo primero que debo indicar es que tenemos una crisis de relevo, es decir, el promedio de edades de los profesores en nuestras universidades entre activos y jubilados es 65 años”.
Así lo afirmó claramente José Gregorio Afonso a La Conversa 2.0.
Detalló que la facultad más joven está alrededor de los 49 años. “Obviamente esos salarios no atraen a los jóvenes”.
Compartió algunos de los motivos por el cual los profesores más longevos permanecen en el campus universitario.
“Lo primero es que tenemos una carrera académica y no nos vemos en otra cosa en la vida sino en ella”, esgrimió.
En palabras del profesor universitario, no solo deben padecer los rigores que implica el pésimo salario que devengan, sino también lo que significa la ausencia de protección social alguna.
“¿Qué nos sigue motivando? En primer lugar, tenemos una responsabilidad con los jóvenes de este país que también pueden ser nuestros hijos, de formarlos. Y apostamos a que las cosas van a cambiar y que tienen que cambiar”, consideró.
De igual manera, Afonso no dudó en aseverar que cuando llegue ese momento, “los que nos quedamos, procurando que eso sea así, estaremos en primera fila para reconstruir la nación”.
Asimismo, señaló que la fuga o perdida de estudiantes universitarios por la situación país suma más del 50 % de esta población.
Destacó que a los profesores universitarios venezolanos los mueve la convicción por la actividad académica.
También la absoluta certeza de que las universidades autónomas son un espacio para el ejercicio libre en medio de un contexto actual en el que no pierden la fe en un futuro distinto.
“Las universidades son instituciones de futuro. Todo el que entra en ella, lo hace con un proyecto de vida. Desde cuando usted entra a estudiar, piensa, qué voy a hacer en los próximos años. Eso al final es la resistencia por un país y una vida mejor”, concluyó.
Aquí tienes la entrevista completa:
SIGUE NUESTRA SECCIÓN DE COMUNIDAD
Sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online