Los mercados esperan que el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, eleve los estímulos a la economía y las ayudas a las familias; y reoriente las relaciones comerciales con China, pero temen que se vea obligado a subir los impuestos para financiar sus planes.
Biden
Tomará posesión el miércoles; avanzó el pasado jueves un nuevo plan de estímulo de 1,9 billones de dólares (1,57 billones de euros). Que contempla aumentar las ayudas directas a los ciudadanos y las prestaciones por desempleo, subir el salario mínimo. Y destinar recursos adicionales para luchar contra la pandemia.
Los inversores esperan que el presidente electo presente en febrero un paquete adicional de medidas que incluya inversiones en infraestructuras y energías renovables.
Para Pimco, una de las mayores gestoras de inversión del mundo, las inversiones en infraestructuras serán fundamentales para la recuperación económica de EE.UU. y llegarán a movilizar “entre 1 y 2 billones de dólares (entre 0,8 y 1,6 billones de euros) a lo largo de varios años”.
Aún más optimista
Es el economista jefe de la gestora ODDO BHF, Bruno Cavalier; quien cree que el futuro plan de infraestructuras contará con unos 3 billones de dólares (2,5 billones de euros).
El presidente electo ha recalcado en numerosas ocasiones que “pondrá a su país en un camino sostenible no más tarde de 2050″. Lo que muestra su compromiso con la transición verde.
Según sus estimaciones, “estos proyectos verdes podrían tener un valor cercano a los 1,7 billones de dólares (1,4 billones de euros)”.
El plan de estímulo
Anunciado el jueves y la posible llegada de nuevos programas de inversiones; han generado preocupación en los mercados ante la posibilidad de que su financiación conlleve subidas de impuestos.
Sin embargo, otros economistas creen que los cambios fiscales serán moderados, debido al contexto de recuperación económica en el que se encuentra EE.UU.
Para los analistas de Renta4Banco, “la financiación de estos paquetes de estímulo procederá básicamente de un mayor endeudamiento y no tanto de un incremento de impuestos o recorte de gastos”.
La llegada de Biden a la Casa Blanca
Podría suponer un cambio en la agenda comercial de EE.UU. respecto a China tras los cuatro años de presidencia de Donald Trump. Un periodo en el que se han deteriorado las relaciones entre ambos países.
Aberdeen Standard Investments considera que el nuevo Gobierno estadounidense “revisará su relación con China, un hecho que será clave para la economía global en 2021”.
Los expertos esperan una actitud más moderada de la nueva Administración, pero sin grandes cambios de rumbo. Ya que China no dejará de ser el gran rival de EEUU en estos años.
La llegada del demócrata a la Casa Blanca también podría afectar a las empresas tecnológicas de EE.UU. Ya que el presidente electo podría adoptar nuevas medidas en materia de competencia; que obligarían a las ‘Big Tech’ a desprenderse de parte de sus negocios.
El grupo American Economic Liberties Project
Que trabaja con el equipo de Biden para elaborar su estrategia en materia de competencia. Ha informado al presidente de que la concentración del poder económico en el sector tecnológico ha crecido mucho en los últimos años.
Por esa razón, le recomiendan “reforzar las acciones antimonopolio, implementar nuevas reglas de no discriminación, prohibir la publicidad dirigida a usuarios concretos y hacer que las grandes plataformas tecnológicas sean responsables de su actividad comercial”.
Para la consultora IG, uno de los grandes temores de este 2021, sería que Biden promulgase estas leyes antimonopolio en EE.UU.
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