¿Tez golpeada por los años? El cambur, de todas las frutas, es el que más contenido de potasio tiene. Pero más allá de las propiedades que nos puede aportar a nuestro organismo con su consumo, el cambur es un gran aliado para nuestra belleza. Su contenido de taninos, sustancia que posee bondades astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes, son ideales para nutrir e hidratar la piel.
Es por ello que aquí te explicaremos cómo realizar dos mascarillas de cambur mezclándola con varios ingredientes, para que tengas una piel suave y aterciopelada. ¡Toma nota!
Mascarillas de cambur para una tez envidiable
Las mascarillas que te presentaos a continuación, te aportarán las bondades de la fruta, en la piel. Sin importar los ingredientes con los que decidas complementar tu mascarilla de cambur, siempre obtendrás beneficios de ella.
Cambur y avena
Con la avena, evitarás la deshidratación de la piel, al mismo tiempo que será un gran ingrediente para eliminar la suciedad acumulada en los poros. Así mismo, ayudará a aliviar el picor o prurito de la piel, gracias a su efecto calmante. Puedes usar esta mascarilla si presentas piel irritada, con eczema, picazón, dermatitis, urticaria o psoriasis. Todo esto suavizando tu piel y dejándola muy tersa.
Para elaborar esta mascarilla deberás hacer puré un cambur y mezclar con media taza de avena en hojuelas, una cucharadita de miel y una yema de huevo.
Aplica la mascarilla de cambur y avena sobre tu rostro y deja actuar por 15 minutos. Transcurrido el tiempo, retira con abundante agua fría.
Cambur y miel
Además de las propiedades presentes en el cambur, la miel le dará ese plus que tu piel necesita. Esto debido a que posee propiedades antibióticas y antisépticas, las cuales te ayudarán en lesiones cutáneas.
Del mismo modo, aumentará la capacidad de resistencia del organismo a las infecciones, siendo un cicatrizante y regenerador de las células por quemaduras, heridas y úlceras.
Hacerlas es sumamente sencillo. Tritura un cambur hasta obtener un puré y luego le incorporas una cucharada de miel y una cucharada de leche, hasta obtener una pasta uniforme.
Aplica la pasta sobre tu rostro y cuello y deja actuar por 15 minutos. Transcurrido el tiempo, enjuaga con abundante agua fría. Puedes aplicar esta mascarilla dos veces por semana.
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