En muchos hogares es algo normal que papá cambie el pañal, de la compota, ayude con las tareas e incluso, realice las labores domésticas, mientras mamá toma su cartera y sale a trabajar.
Esto es común para muchos niños, pero no es la regla, sino una excepción. Sin embargo, en los últimos años, y debido a múltiples circunstancias, se ha visto un cambio de roles dentro del núcleo familiar y todos se han tenido que adaptar.
El mito de los roles
El ser humano es uno de los pocos seres vivos sobre el planeta que necesita de sus padres para poder sobrevivir, porque necesita aprender para poder subsistir.
El bebé descubre un mundo, pero primero se descubre a sí mismo y a sus comunes más cercanos, y así poco a poco aprende a través de la experiencia de sus sentidos, y el esquema de desarrollo cognitivo propuesto por el psicólogo Jean Piaget, en el bebé asimila, copiando ejemplos, algunas posiciones, actitudes y conductas que le serán sumamente necesarias para crecer.
En todo este proceso de aprendizaje, el niño debe tener una referencia clara de los roles que asumen los seres humanos en la sociedad, ¿quién hace qué, cómo, por qué y cuándo?
Si esto no queda claro, el niño crece con una imagen difusa de su función dentro de la vida social. Pero decir que debe quedar claro, no quiere decir que estos roles no cambien, hay que recordar que las transformaciones sociales generan un proceso de mutación en los roles.
La realidad social actual, que demuestra a una mujer mucho más preparada, según cifras de la ONU hay más mujeres con títulos universitarios que hombres. Con ganas de trabajar, y con confianza en sí mismas, han invertido el comportamiento tradicional de los roles.
Familia tradicional
En otros tiempos, los roles definían a mamá como la protectora dentro de la casa, la que estaba siempre pendiente del niño, que hacía los deberes del hogar, y se ocupaba de todos los problemas caseros. Mientras papá era un ser externo la mayoría del tiempo, que trabajaba, imponía autoridad, y cobijaba bajos sus brazos a toda la familia.
Familia moderna
Mamá sale a trabajar y, en el mejor de los casos, papá y mamá se comparten el tiempo de acompañar a su hijo, lo atienden en diferentes momentos, pero mantienen las mismas reglas en común, ambos aportan para el hogar, y son los custodios del mismo. El hijo asume algunas responsabilidades dentro del hogar, según su edad.
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El reto del cambio
El problema en este cambio no se encuentra en el hijo, lo importante es que éste encuentre en casa unos roles claros y bien definidos, con reglas y patrones a seguir. El dilema más grande lo atraviesan, los padres.
Porque para el hijo no existe una familia pasada con qué comparar, para él estos son sus padres, los únicos. Pero papá y mamá tuvieron cada uno su casa, y fueron hijos, y allí es donde se concentra el problema del cambio de roles.
Mamá preocupada
Aunque hace todo su esfuerzo, a la mujer le cuesta muchísimo, sobre todo si creció en una familia tradicional, entender que no está desamparando a su hijo si sale a trabajar. Esta idea la angustia, y se mezcla con preguntas como: ¿estará comiendo bien?, ¿dormirá la siesta de la tarde?, ¿se tomará su jarabe?
Estas ideas pueden atormentar a la madre, y afectar su rendimiento en el trabajo, en el hogar, e incluso la vida de pareja.
Este tipo de pensamiento puede desembocar en sobreprotección, culpabilidad, irritabilidad, cansancio y estrés.
Papá frustrado
No es sencillo para muchos padres que crecieron como hijo en un hogar tradicional, hacer tetero, cambiar pañales, cocinar y limpiar. Al principio se sienten torpes y toscos, como si no estuvieran sirviendo para esa misión. La casa se les convierte en un gran laberinto donde todo se les pierde y complica.
Papá suele estar con los nervios a flor de piel, para él es un reto muy complicado, y no hay nada peor que retar a un hombre y acorralarlo. Su reacción natural va a ser siempre proteger al bebé de todo, así no sea perjudicial lo que le pase. En el momento que sienta que pierde el control, y que es vencido, sin duda llamará a mamá en busca de auxilio.
A esto se le suma la crítica que puedan hacer sus amigos, algunos de los cuales no se adaptan al cambio de roles, y comenzarán a cuestionar su hombría. Esto puede mezclarse con lo anterior, y producir en la mente del padre, reacciones muy nerviosas, descontrol, tristeza, frustración y depresión.
Encontrar el equilibrio
Los especialistas, psicólogos sociales, terapeutas familiares y psiquiatras coinciden en encontrar un equilibrio.
La comunicación juega un papel fundamental en este momento, una relación entre los padres sincera y muy abierta, donde se exprese con respeto todo lo que se vive y siente, ayudará sin duda a la búsqueda de soluciones a este complejo proceso de cambio en la forma de pensar y construir la familia.
Sin dudas, todo cambio genera miedo en las personas, hay temor a fallar, a no estar listos, y algo de angustia por dar lo mejor de sí para que todo funcione.
La clave está en adaptarse, y esa capacidad cuesta mucho en algunos hombres, pero la posee, lo que requiere es mentalizarse en que las cosas son diferentes, y la realidad exige otro tipo de actitud y de comportamiento.
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Consejos
– Asume que estás dando todo de ti para que todo salga bien.
– Aunque todo es nuevo, no tienes ninguna amenaza en frente.
– Se abierto, sincero y comunicativo con la pareja.
– Redefine reglas y espacios dentro del hogar.
– Integra la mayor cantidad de momentos en familia a su día a día.
¿Cómo afecta el cambio a los niños?
La verdad, el niño no notará ningún tipo de diferencia, ni su personalidad se verá afectada, siempre y cuando los padres logren adaptarse a sus nuevos roles. Para él será completamente normal compartir con papá en casa, y tener a mamá en la calle, o compartir un espacio en el que los padres se turnen.
Ahora si en este proceso, pudiese presentarse algún tipo de vacío de roles, el niño podría reaccionar de dos formas, o desconocer la existencia de una de las figuras y de parte de las reglas de la casa, o bien, asumir él algunos aspectos de ese rol, y responsabilidades que no le corresponden.
En ambos casos, se estaría sometiendo al niño a una situación indeseable, y afectando su desarrollo emocional y psicológico íntegro.
2021-04-05
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