El miedo es una respuesta de nuestra mente a diferentes estímulos, que pueden provenir de diferentes fuentes. Pero que variará en cada persona. Se puede decir que el miedo se cataloga racional e irracional.
Tenerlo nos puede proteger de situaciones de peligro como no acercarnos al fuego, o no caminar más allá de la cornisa de un barranco. Catalogado como racional. Así que se puede decir que tener este tipo de miedo no es malo.
Por el contrario, el miedo irracional es aquel que se presenta por miedo al fracaso, al éxito, al rechazo, a los riesgos, que genera bloqueo. Este tipo de miedo si se debe atacar y eliminar.
Vence el miedo con estas claves
Para comenzar, lo ideal es que te analices a ti mismo y elabores un listado real de tus miedos racionales e irracionales. De esta forma tendrás claro a lo que te enfrentas y podrás identificarlos y enfrentarlos.
Al identificarlos el miedo podrás observarlos desde otra perspectiva. De este modo, podrás conocer el origen. Medita ¿de dónde viene?, ¿porqué tienes ese tipo de miedo?, ¿cuándo fue la primera vez que sentiste miedo por eso?
No puedes rendirte, de lo contrario te controlará. Si por ejemplo le temes a los insectos, racionaliza primero tu miedo. ¿Cómo una persona adulta puede temerle a un animalito tan pequeño? De esta forma abrirás tu mente y podrás elevar tu potencialidad.
Enfrentando el origen podrás visualizarte sin ellos. Busca el lado positivo de las cosas. Racionalmente, el no temerle a los insectos podrías viajar de vacaciones a un paraíso tropical donde abundan los insectos, y disfrutar sin inconvenientes.
De esta forma podrás visualizarte sin esos miedos, lleno de positivismo gracias a todo lo que has enfrentado y superado. Cambiará tu perspectiva de vida conscientemente. ¡Sé positivo!
Esta nueva perspectiva de vida, afrontando tus miedos, te hará crecer y sentirte más fuerte y optimista. Tu eres más grande que todos tus miedos construidos en tu mente. Recuerda que todos los tenemos, lo que nos diferencia entre nosotros es la forma de afrontarnos. Vivir sin ellos es vivir feliz.
Al buscar el equilibrio con flexibilidad y paciencia, mantendrás tu mente y cuerpo en armonía abiertos a adaptarse a los cambios. Al resistirnos ante lo desconocido perderemos el control de nuestras emociones y sensaciones.
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