Los problemas diarios tanto: laborales, personales, familiares y condición país, pueden acarrear ataques de estrés y ansiedad, pero hay soluciones para las dos condiciones.
Tipos de estrés
Hay personas que les cuesta un poco más trabajar los problemas de tensión y dependiendo de las reacciones se clasifican así:
Agudo: la persona presenta irritabilidad, ansiedad o depresión; además de dolores musculares de cabeza y poca tolerancia. Se debe tener precaución ya que ante una crisis se puede subir la presión arterial. Recomendación: se puede trabajar con ejercicios de respiración yoga y meditación.
Crónico: es más complicado trabajar el estrés cuando no se domina. Puede apartar a la persona del ambiente externo. El estado mental predomina e influye en el estado físico. Recomendación: Esos casos se deben tratar en familia para facilitar la vida de la personas desde el positivismo y la asistencia al especialista.
Crisis de ansiedad: ante un tipo de vida disfuncional y no enfocada. Se pueden perder las proporciones y no valorar lo que realmente sucede. Ante los problemas se retraen o sienten un temor irracional. En una crisis eventual pueden sentir tener problemas cardiacos. Lo más recomendable es consultar a un psicólogo que te proporcione las pautas necesarias para trabajar en el problema de ansiedad.
¿Cómo lograr una mejor calidad de vida?
Cuando se asume el problema, es lo más positivo, allí puede actuar la familia y un equipo multidisciplinario para tratar el estrés y la ansiedad. Relajarse, pasar tiempo con amigos, leer y buscar una vida más espiritual, son beneficios que pueden ayudar a calmar la ansiedad y el estrés. Debes recordar que todas las personas enfrentan problemas en su día a día, lo que cambia es desde la perspectiva con que se ve.
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