El aire acondicionado (A/A) es una recurso muy valioso y necesario cuando se está en lugares con latas temperaturas. Con él bajamos el clima del lugar, refrescando el ambiente y nuestro cuerpo.
Sentir calor es algo que nadie agradece, el ser humano prefiere estar a una temperatura parecida a la del cuerpo. Cuando el ambiente esta a mayor temperatura sentimos calor, y cuando está en menos temperatura a la corporal, sentimos frío.
Cuando estamos expuestos al frío del A/A, este es un aire no natural, por lo que este aire frío puede tener daños en nuestra piel, como la resequedad. Para evitar estos males, te dejamos estos consejos y sugerencias a la hora de utilizar el aire acondicionado de la habitación.
Aire acondicionado y nuestra piel
Usar A/A hace que el aire se torne más seco, por ello debemos cuidar sus efectos en la piel. El órgano más grande del cuerpo, al estar en contacto con este aire seco, altera su manto hidrolipídico natural, causando resequedad, eccemas e irritaciones.
Cuidados
Para evitar la resequedad de la piel durante la exposición al aire frío y seco de los aparatos electrónicos, debes seguir los siguientes consejos:
Agua
Ya todos sabemos que beber agua es indispensable para una buena salud. Esta agua que ingerimos ayudará a que nuestro organismo esté correctamente hidratado y evite la resequedad de la piel.
Al estar en contacto con aire seco, nuestra ingesta deberá aumentar. Lo recomendable es beber 2 litros de agua al día, pero si se está expuesto al aire acondicionado, lo ideal es aumentar la ingesta de líquidos. Puedes apoyarte ingiriendo sopas, jugos y comiendo algunas frutas como la patilla.
Hidratación
No solo beber agua puede ayudar a frenar la resequedad de la piel, tenemos que apoyarla con cremas hidratantes.
Para que el afecto hidratante sea óptimo, no se deben utilizar cremas hidratantes que contenga alcohol, grasas, aceites esenciales o sean comedogénicos.
Alimentación
Si tu contacto con este tipo de aire es frecuente y prolongado, deberás tomas medidas un poco más completas, como una buena alimentación. La dieta antioxidante es perfecta para evitar los efectos de la resequedad.
Las frutas y verduras deberán ser gran parte de tu dieta diaria. Puedes consumir alimentos como manzanas, zanahorias, brócoli, alcachofas, coliflores, espinaca y tomates.
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