Por muy agobiante que sea el día a día, cuidar la alimentación siempre debe ser clave porque de ello no solo depende la salud física, sino también mental de cada ser humano.
Las recomendaciones de los especialistas es siempre mantener una alimentación balanceada. Pensando en ello, surgió la práctica Mindful Eating, mejor conocida como alimentación consciente.
¿Qué es la alimentación consciente?
Es una nueva forma de entender la alimentación, la cual permite redescubrir el placer de comer y, a la vez, generar los cambios necesarios para adoptar hábitos alimentarios más saludables, escuchando al cuerpo y a las emociones, y aprendiendo a elegir conscientemente lo que mejor se adapta a cada individuo.
Esta costumbre surge de Mindfulness, una práctica budista que impulsa a crear habilidades para estar presente en el momento. En español significa “Atención Plena”. Por siglos funcionó como una filosofía de vida y así, tratar trastornos como estrés, ansiedad, controlar compulsiones, problemas psicológicos y para desatar las potencialidades del ser humano.
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Toma nota
– Come con gratitud. Antes de comenzar a comer, agradece la oportunidad y la dicha de tener comida; aprecia todo lo que tuvo que suceder para poder tener en la mesa esa comida. Incluso, valora la presencia de otras personas si estás comiendo acompañada.
Ser consciente de todo lo anterior te hará valorar más y apreciar todo lo que te llevas a la boca.
– Involucra todos tus sentidos. Apreciar otros aspectos, además del sabor de los alimentos, hace que aumentes el placer de comer. Las sensaciones se vuelven más intensas a medida que percibes el color, la textura, la temperatura, el volumen, la humedad, los sonidos que emites al comer, etc.
– No te saltes las comidas. Cuando te saltas las comidas, se alteran tus estrategias de decisión. En este estado, llegarás hambrienta a la mesa y querrás devorar inmediatamente todos los alimentos que se te presenten y sin importar la cantidad ni calidad de éstos.
– Sírvete pequeñas raciones. Esta práctica te ayuda a evitar los excesos con la comida. A su vez esto provocará que pierdas peso. Una excelente estrategia es servirte la comida en platos pequeños.
– Da pequeños bocados y mastícalos meticulosamente. Reemplaza tus cubiertos por unos más pequeños y toma pequeñas porciones de alimentos. Mastícalos perfectamente entre 20 y 40 veces. Esta estrategia ayudará a mejorar la digestión ya que dicho proceso comienza en la boca cuando las enzimas de la saliva empiezan a digerir los azúcares.
– Come lentamente. Esto ayudará a controlar la cantidad de alimentos que ingieres y con menos comida te sentirás satisfecho. Esto se debe a que tu cerebro detecta los estímulos de saciedad a partir de los 20 minutos posteriores a que comenzaste a comer.
– Los vegetales deben ser la base de tu alimentación. Los vegetales son una fuente muy rica de nutrientes de fácil asimilación, y además tienen la cualidad de hacerte sentir satisfecha. Además, prácticamente todos los vegetales contienen poquísimas calorías en relación a su volumen. Por ende, disminuye al máximo carnes procesadas y productos derivados, como embutidos.
Importante
Sin duda, la idea es establecer buenos hábitos alimenticios que impacten de manera positiva sobre la salud, tanto en la vida personal como la productividad; incluso a largo plazo.
2021-06-14
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