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El huevo es el alimento más completo y versátil que podemos encontrar en nuestra cocina. Con él podemos preparar infinidades de recetas como ensaladas, salsas y pasapalos, preparado de diversas maneras: cocido, frito, revuelto, en tortillas, en sopas, rebozados, postres, etc. Sin embargo, hay detalles que muchos desconocen y que hoy te los vamos a decir.
Un huevo aporta una amplia gama de vitaminas: A, B2, B12, D y E y minerales (fósforo, selenio, hierro, yodo y zinc). Las proteínas del huevo se encuentran mayormente en la clara y se consideran proteínas de alto valor biológico, pues contienen todos los aminoácidos esenciales. Se determina que 100 g de huevo nos aportan 13 g de proteínas. Habitualmente los que más consumimos son los de gallina, pero, también se pueden comer los de ganso, pato, codorniz y avestruz.
Estructura
1 Cáscara
2 Clara
3 Yema o Vitelo
Colores de la cáscara
Blanco: El color de la cáscara del huevo depende simplemente de factores genéticos, concretamente de la raza a la que pertenezca la gallina. Así, las razas de plumaje blanco y lóbulos auriculares blancos ponen huevos blancos.
Pardo: Si las razas de las gallinas tienen plumas y lóbulos auriculares de color marrón ponen huevos de color pardo, normalmente llamados "huevos morenos”.
Azules: Son producidos por gallinas mapuches, que son originaria de la Araucanía (sur de Chile) criadas por la etnia mapuche, un pueblo indígena de la región. La cáscara también es más gruesa que la de los pardos y blancos, lo que le permite conservar por más tiempo su calidad. La pigmentación del huevo puede ir desde el celeste claro hasta verde oliva semioscuro.
Pintada: Son los huevos llamados morenos que proceden de una gallina negra del norte de África. El sabor es igual al de la gallina común.
2020-09-18
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