Criss Monterrey / cmonterrey @bloquedearmas.com
Ella no necesita presentación. Su voz y su estampa son reconocibles a leguas, porque ha estado presente en la vida pública desde que fue Miss Anzoátegui en el Miss Venezuela 1986, en donde resultó tercera finalista. De allí en adelante no paró: hizo el Circo de las Cómplices, animó el matutino Complicidades, actuó en Qué chicas, innovó con Giro’s TV y hasta se convirtió en animadora del concurso de belleza que la dio a conocer.
Maite Coromoto Delgado González es tan caraqueña como una tranca en la autopista Francisco Fajardo. Su voz ronquita permanece en la memoria colectiva. Es un símbolo de Caracas, urbe tan amada como odiada por muchos, y es “la ciudad de furia” el sitio que sigue intacto en su corazón.
“Te voy a describir a la Caracas de mi adolescencia, la que quiero, la que reconozco y a la que volvería una y mil veces; esa Caracas amable y diversa donde tenías que estar pilas, activo, pendiente… pero podías caminar desde Petare hasta Los Ruices, cosa que hacía todos los días para regresar del liceo sin mayores problemas. Recuerdo a esa Caracas en la que disfrutábamos tanto un café en Sabana Grande después de recorrer todo el boulevard soñando con hacer compras en las tiendas de todos los precios y estilos”.
En medio de la ola de recuerdos ¿le cambiaría algo a esa ciudad acelerada? “Tal vez lo inocentes que fuimos, a Caracas no le movería nada porque era una ciudad maravillosa, con sus contrastes”.
Sin miedo
Durante más de 20 años Maite fue imagen no solo de infinidad de espacios de Venevisión, sino que estuvo muy presente en publicidad y eventos. Incluso animó el Señorita México 1988, Miss Hispanidad 1991 en Estados Unidos, fue coanimadora del Festival Internacional de Viña del Mar 1996 en Chile e hizo lo propio en el Carnaval de la Calle 8 en Miami. Sin embargo siempre regresó a Caracas, pues su nexo con Venezuela era y sigue siendo muy fuerte.
“El mejor recuerdo de mi ciudad es que pude vivirla sin miedo: conocerla, caminarla, recorrerla en autobús sin riesgo. Una amiga y yo tomábamos el bus frente al liceo en la hora del almuerzo, solo para cantar y dar una vuelta por la ruta del Marqués, la avenida Sanz y volvíamos al liceo jajaja”.
Asegura que no añora a Caracas, porque la mantiene presente a cada minuto. “La llevo tatuada en mis ojos, en mi corazón y mi vida está llena de recuerdos. No la extraño pero sí me duele ver tanto deterioro y tantos espacios cerrados, me duele el olor a tristeza y desamparo”. Dueña de una figura atlética, confiesa sin empacho haberse caído a cerveza, refresco y hamburguesa en las muchas “calles del hambre” de esta ciudad, y afirma que quien no lo hizo alguna vez no vivió en Caracas.
“Los perros calientes del gran Filippo son emblemáticos en la historia de cualquier caraqueño, así como bailar en El Maní es así. En diciembre comíamos en los kioskos que se montaban en la calle, era un clásico. Nosotros íbamos mucho a uno que se llamaba La Hallaca Farandulera jajajajajaja. Una buena rumba en Caracas siempre termina en un carrito de perros o en una arepera si quieres ser más elegante”.
Calor de hogar
Casada desde 1994 con Alfonso Mora, Maite Delgado finalmente cortó el cordón umbilical con Venezuela y desde hace un tiempo vive en Aruba, a la que no duda en calificar como su segunda casa. Por muchos años y junto a su esposo formó parte de la movida gastronómica caraqueña con El Sake House, un restaurante de sushi: ahora repite en Aruba con la distribución de Ron Diplomático, negocio que le ha dejado grandes satisfacciones.
“Yo digo que Aruba es mi casa fuera de casa. Tener buena capacidad para adaptarte a los cambios y ser agradecido con quien te recibe es vital. Sin duda haber trabajado tantos años en la televisión venezolana, muy apreciada en Aruba, hizo mi bienvenida mucho más grata y hacerlo teniendo en nuestro catálogo de productos a un producto hecho en Venezuela y demás tan importante me llena de orgullo y alegría”, reconoce con orgullo.
Este año estrenó en youtube su canal, donde recupera entrevistas hechas en el pasado a personajes entrañables como Guillermo Dávila o Benjamín Rausseo “El Conde del Guácharo”, y también hace reencuentros con sus excompañeras del Miss Venezuela o cuenta divertidas anécdotas como la de su accidentada “boda acuática” en la que llovió tanto que perdió el vestido que le confeccionó Guy Meliet.
“Gracias a las redes sociales estoy muy cerca de mi comunidad. Me consiguen como @delgadomaite en Instagram y Maite TV en YouTube. Me conmueve mucho ver cómo extrañan Giro’s TV o Maite, programas que fueron icónicos. Es sin duda una de las cosas que más le agradezco a las redes. Hoy siento que tengo más amigos que antes porque ahora los conozco, sé cómo se llaman. Estoy disfrutando mucho estos amores digitales”.
Para Maite, Caracas es un amor sin remedio. Por eso en su reciente cumpleaños 453 solo tiene para ella buenos deseos. “Primero le pediría perdón por haberla dejado sola, por no haber sabido cuidarla y protegerla. Luego le daría las GRACIAS por haber sido tan maravillosa e importante en mi vida y finalmente le desearía que vuelva a brillar, que vuelva a ser esa ciudad generosa donde se podía caminar respirando sueños y donde la luz es más bonita que en cualquier ciudad del mundo. ¡TE QUIERO CARACAS!”.
2020-07-31
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