El perro se comunica a través de los movimientos de su cola, el llanto, pero, sobre todo, con los ladridos. Este último es el método más efectivo que tiene la mascota para expresar que está contento, tiene hambre o quiere salir de paseo.
Sin embargo, algunos perros no dejan de ladrar y esto incomodo porque no se sabe con exactitud lo qué pueda estarle pasando al animal.
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Si tu perro no deja de ladrar, es indispensable hacerle un seguimiento y observar detalladamente qué le ocurre, para así poder tomar cartas en el asunto.
¿Por qué el perro no deja de ladrar?
Los motivos más comunes que pueden provocar que el perro no deje de ladrar, son, por ejemplo, cuando comienza a presentar estrés a causa de no tener satisfechas sus necesidades básicas como, alimentación, juego, paseo, higiene, etc.
En caso de que el perro pase muchas horas en soledad, puede llevarle a ladrar sin parar porque de esta manera expresa su malestar o ansiedad.
También puede no parar de ladrar porque tiene problemas de socialización, debido a que cuando era cachorro no vivió correctamente el proceso de socialización, y, por lo tanto, ciertos estímulos del ambiente le provocan miedo, ansiedad, etc.
Por otra parte, el perro muy entusiasta o muy miedoso, puede reaccionar ante personas y objetos, con muchos ladridos, como signo de emoción o de alerta.
Sea cual sea el motivo, es necesario corregir el hábito para evitar ruidos innecesarios, o que esto lleva a un problema de conducta peor. Conseguirlo no es imposible, solo requiere de paciencia y constancia.
¿Qué hacer?
Expertos y entrenadores de mascotas señalan que para ayudar a que el perro deje de ladrar debes en primer lugar, evitar castigarlo, gritarlo o maltratarlo. La clave es trabajar este comportamiento desde el refuerzo positivo e intentando que se sienta tranquilo y relajado tanto fuera como dentro de casa.
Una manera es recurrir a caricias y premios como, snacks, por ejemplo. No obstante, debes tener presente que las caricias no son una buena opción si el perro ladra por miedo, porque esto puede transmitirle que está actuando bien. Opta en este caso por ofrecerle juguetes que disminuyan el miedo o la ansiedad, o sácalo a pasear y hasta practicar algún deporte para que libere toda su energía.
Además, otra manera de evitar que ladre tanto es que cuando se presente la situación, intentar distraerlo con algo que le gusta mucho y así lograr que se calme.
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