Erick S. González Caldea
De 280 a 700 bolívares paso la tarifa mínima en las unidades de transporte caraqueñas. Este aumento, de 150%, pasó por “debajito” entre los pasajeros quienes en su mayoría los pagaron “sin chistar”.
“Los usuarios pagan tranquilos el aumento. No hemos recibido quejas de alguno”, sostuvo Mario Hernández, conductor de la línea El Paraíso-Los Magallanes. Sin embargo, no todos los usuarios están conformes, puesto que muchos conductores exigen el pasaje de Bs 700 al subir.
“En la India (entrada de La Vega) las camionetas que van a El Paraíso exigen el nuevo pasaje, o no te dejan ingresar a la unidad”, denunció Carmen Nessy, pasajera.
En la ciudad capital, 90% de las líneas realizaron el aumento del pasaje, entre ellas están las líneas de Altamira, Baruta, La Hoyada, Catia, Chacaito, Chacao y Petare. Mientras que las líneas de El Valle y Coche, el otro 10% restante, no incrementó el pasaje, hecho que los directivos del Bloques del Transporte de Caracas catalogaron la acción de desunión.
Hugo Ocando, director del bloque Oeste, enfatizó que los viajeros prefieren pagar el aumento antes de montarse en un autobús pirata, cuyo precios superan los 1.500 bolívares, en sectores como Baruta, Hoyo de La Puerta, Catia, Caricuao y Las Mercedes. El representante de los conductores aclaró que el nuevo precio apenas cubre los gastos básicos,mas no otros problemas elementales como la compra de repuestos y cauchos.
“El usuario prefiere que aumente a Bs 700, porque el Gobierno los obliga a montarse en autobuses piratas”, aseveró el directivo, quien agregó que el Estado no asume las “responsabilidades políticas del incremento de la tarifa”.
Ocando, junto a los demás jefes de líneas en Caracas, informó que en el ministerio de Transporte no han dicho si sacaran en Gaceta Oficial del aumento tarifario. Se conoció que durante una reunión entre el sector y funcionarios del Estado, el Gobierno ofreció dar insumos a los conductores antes del 1° de noviembre, sin embargo esa medida no fue aplicada. “Es más, han amenazado a las líneas con no venderle cauchos o repuestos”, denunció Ocando.
Escasez. Desde la semana pasada camioneteros y vehículos de carga han pasado “las de Caín” para poder conseguir diésel en las estaciones de servicio de la capital y para surtir sus unidades. Varios conductores confirmaron que desde el viernes 27 de octubre el suministro del combustible comenzó a mermar.
Dos de las tres principales estaciones de servicios que proveen el Gasóleo (El Tazón y La Bandera) están fuera de servicio por la falta de distribución. Una de las encargadas de la estación, ubicada a pocos metros del terminal La Bandera, aseguró que ayer solo llegó un cargamento de 22 mil litros de diésel y que eso solo les dura cuatro horas.
Muchos choferes denunciaron que desde hace cuatro días no han llenado los tanques para continuar con el servicio y manifestaron que muchas unidades están paradas ante la falta de repuestos y los altos precios en aceites.
2017-11-01