María Cordero
El venezolano se reinventa ante cada sacudón que da la economía. Las mujeres toman su belleza muy en serio, tanto así, que dentro del presupuesto mensual va una cuota asignada para uñas, cejas, pestañas y cabello.
En los mercados populares y algunas aceras se pueden apreciar pequeños negocios donde se prestan servicios de belleza y cuidado femenino que han incrementado con el pasar de los meses.
Durante un recorrido por el centro de Caracas, el equipo de 2001 constató la proliferación de estos negocios y como es el funcionamiento para su operatividad.
Celeste Guzmán, propietaria de un local de cejas en el mercado popular ubicado en la plaza El Venezolano, indicó que su motivación para crear su propio negocio fue el conocimiento que obtuvo a través de cursos y el manejar un horario propio.
“Trabajo en el mercado desde mayo, fui adquiriendo conocimientos a través de cursos de depilación de cejas y pigmentación, aunque me ubico en un pasillo con poco movimiento igual cuenta con muchas clientes que pasan a diario y ya tengo una lista de 20 personas fijas”.
La rentabilidad y ser su propio jefe le funciona a las mujeres que deciden emprender su negocio de belleza.
Aunque estos acarrean unos gastos, siempre está la satisfacción de un negocio propio.
“Acá pagamos un alquiler y un extra por seguridad, nunca he tenido inconveniente con ladrones ni nada malo, trabajamos tranquilos”, añadió Guzmán.
Velería Morales, ubicada también en el mercado popular de la plaza El Venezolano, tiene un puesto heredado, ya que su padre anteriormente trabajaba allí y ella lo heredó para transformarlo en un centro de cuidado estético.
“El local antes era de mi papá y ahora lo trabajo yo, tengo mi centro de uñas llamado Valnail, y trabajo con una chica que hace cejas y pestañas. Yo me encargo de las uñas, sistemas y pedicura, realice varios cursos para capacitarme y prestar un buen servicio”.
Yucsiri Gutiérrez, clienta de Valnail, tomó su belleza como prioridad y entre su rutina esta arreglar sus cejas colocando la pigmentación.
“Vi su trabajo en redes sociales me gusto y vine a realizarme las cejas acá, tiene ventajas como lo céntrico, lo económico y la atención que dan es muy buena, siempre la mujer va a tener prioridad por arreglarse y mantenerse bella a pesar de la crisis”.
Francis Vargas, quien tiene tres años trabajando en un centro de uñas decidió emprender y tener su propio negocio luego de trabajar en centros estéticos y verse motivada a tener su establecimiento.
“Trabaje durante años en peluquerías y centros de uñas y decidí alquilar algo propio, publicó mi trabajo por redes sociales y acude gente, solo trabajo acá ya que tengo un niño y no me da tiempo para hacerlo a domicilio, pero me resulta las horas que paso acá”.
Soreli González, no le pierde pista a Vargas, que desde hace 2 años la atiende y se ocupa de la manicura y pedicura de González. “Tengo dos años con ella, mis hijas se arreglan con ella y es muy cuidadosa, aseada y delicada, no la cambiaría por otra persona.”.
La belleza paso de ser vanidad a ser una necesidad no solo para resaltar lo natural sino por cuidado propio.
2019-12-07
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