Los venezolanos vuelven a sufragar en un mes, el 8 de diciembre, esta vez para escoger alcaldes y concejales, en una elección sin la importancia de una presidencial pero para la que tanto Gobierno como oposición ya hacen una feroz campaña con el fin último de confirmar que son mayoría.
Las elecciones municipales marcan una cita importante en Venezuela tras los comicios presidenciales del pasado 14 de abril, en los que resultó ganador el oficialista Nicolás Maduro por un estrecho margen de 1,49 % no reconocido por la oposición, que ha llamado a que el 8 de diciembre sea un plebiscito.
Chávez, fallecido el pasado 5 de marzo después de gobernar 14 años, sigue siendo la figura central en la campaña oficialista que pese a querer desestimar el carácter plebiscitario de las municipales tiene como reto confirmar que es mayoría y validar así unas presidenciales que fueron impugnadas por la oposición.
Esta será la última oportunidad para ambos. En los próximos dos años no se realizarán elecciones y además se relajará el clima crónico de campaña en un país en el que en los últimos 14 años se han realizado más de 17 comicios.
Sin embargo, el proceso en puertas luce diferente y no solo por la ausencia física de Chávez.
Por un lado, Maduro no ha tenido tregua en los poco más de seis meses que lleva como presidente. La escasez de productos de la cesta básica, la inflación que ronda el 40 %, apagones eléctricos y un engorroso y vulnerado sistema de control de cambio de divisas que ya tiene diez años, le ha valido no pocas críticas al gobernante.
Como respuesta, el primer presidente chavista ha reiterado que su Gobierno es víctima de guerras y sabotajes económicos y eléctricos que tienen como único fin sacarlo del poder, por lo que pidió al "pueblo" estar alerta y unirse a la batalla, además de pedir fidelidad al líder fallecido.
Maduro ha tomado la controvertida decisión de declarar la fecha de los comicios municipales como el "día de la lealtad y del amor" a Hugo Chávez.
Incluso tras ser conminado a derogar la medida por el rector electoral Vicente Díaz, uno de los cinco del Poder Electoral y que calificó la decisión de "grosero ventajismo electoral", el gobernante respondió que no caerá en "chantajes".
El presidente se sirve de los medios de comunicación del Estado para denunciar a líderes opositores como "enemigos de la patria" y presentar a los candidatos del oficialismo a las alcaldías en la mayoría de los actos del Gobierno, situación que ha denunciado la oposición y que ha sido reportada por el Centro Carter.
En el otro bando, la campaña de la oposición la encabeza el excandidato a las presidenciales Henrique Capriles, criticado por el Gobierno por viajar por todo el país abandonando sus funciones como gobernador del céntrico estado Miranda.
Capriles y sus compañeros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), han centrado el discurso proselitista en pedir la movilización a las urnas para protestar contra la inflación, la escasez y la inseguridad, más que para posicionar un candidato, idea que, al parecer, ha calado entre sus electores.
Y ello, pese a la mermada aparición de los miembros de la oposición en los medios.
El analista, consultor y politólogo John Magdaleno dijo a Efe que "pese a toda la asimetría y uso del poder por parte de la opción oficial" hay una disposición por parte de los votantes opositores de asistir a las urnas, ello también, a pesar de las dudas sembradas por el mismo Capriles sobre la legitimidad de las presidenciales.
Según la última encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) 66 % de los electores está dispuesto a ir a votar para elegir alcaldes y concejales.
Desde la tribuna oficialista la campaña muestra rasgos de orfandad con la ausencia de Chávez que con el gran carisma que poseía ya se ubicaba en un puesto ventajoso.
El director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, dijo a Efe que la ausencia de Chávez deja al descubierto el "grotesco ventajismo" que, antes de que falleciera ya existía, pero era menos evidente, justamente por ser "un líder innegable".
"Arrecian las irregularidades en relación a las condiciones justamente porque el juego ya es mucho más parejo", señaló Alarcón.
Mientras, las calles del país ya dan cuenta del inicio adelantado de la campaña, con vallas y afiches, de todos los tamaños, como que si de una presidencial se tratara. EFE