2001.com.ve | Nayzai Saavedra | [email protected]
La atención de pacientes con cáncer en el país, sobre todo en el área pública, ha ido en declive en los últimos años. Esta situación se ve agudizada en la actualidad para la detección y tratamiento del cáncer de mama, que es la principal causa de muerte oncológica en la mujer.
En el marco del día internacional Contra el Cáncer de Mama, la doctora Ludmila Calvo, presidenta de la fundación SenoSalud -quien es una sobreviviente de la enfermedad- atestigua el trabajo que están pasando las pacientes para conseguir medicamentos y realizarse radioterapias y quimioterapias en 2017.
Considera que la situación es gravísima porque si en el 2013 -según las últimas estadísticas oficiales- se estaba realizando un aproximado de 15 diagnósticos diarios y estaban ocurriendo unos seis fallecimientos diarios, para este año la cifra ha aumentado.
Retroceso. El incremento de los casos no es un secreto, a pesar de no haber información actualizada en Venezuela, porque es una tendencia mundial. Ahora, Calvo opina que el avance de la enfermedad y la calidad de vida de las pacientes ha empeorado por la escasez y falta de recursos en los hospitales.
Fallas. Muchos de los mamógrafos para la detección temprana no están funcionando o son insuficientes para atender a toda la población, tomando en cuenta que en muchos casos la diferencia entre sobrevivir o no está en el diagnóstico precoz.
Sin embargo, aún cuando la enfermedad se detecte en los estadios más bajos, en el país no se está garantizando que las pacientes reciban el tratamiento necesario -en los tiempos requeridos- debido a la intermitente “irresponsabilidad”, con la que las están entregando los fármacos las farmacias de alto costo.
Calvo relató que cuando funciona el mamógrafo entonces no hay el tratamiento que esa paciente necesita (quimio) y si de casualidad estos aspectos se cumplen, entonces puede que no estén funcionando los aparatos de radioterapia.
“Esto está sucediendo, es la realidad del país, y esto ocasiona que se pierde la ventaja del diagnóstico precoz porque al no haber oportunidades de seguir los protocolos, el cáncer aumenta su tamaño, el tratamiento es más invasivo y hay más fallecimientos”, explicó Calvo.
Más invasivos. Los tratamientos invasivos comprometen otros aspectos de la paciente, el hecho de tener que someterse de una vasectomía parcial a una radical: “Se considera secundaria la parte estética, pero se está hablando de mujeres mutiladas. Eso afecta mucho la feminidad, a nivel emocional y la psicología de la mujer”, advirtió.
En este sentido, la activista recalcó que una de las áreas es la de las radioterapias porque no hay disponibilidad de acceder a las máquinas en la parte pública.
De hecho en agosto se conoció que de 16 aceleradores lineales que hay en Venezuela y 9 bombas de cobalto en hospitales para hacer la terapia a los pacientes, solo habían 3 operativos.
Desde la organización conocen pacientes que tienen un año en espera: “Hay muchas personas que pierden los tratamientos porque no se les hace la quimio o la radio y los médicos se encuentran con las manos atadas”.
Inacción. La activista considera que en el país no hay una política pública especializada, recordó que hay un subprograma que fue aprobado en 2004 -dentro del programa de Salud reproductiva de la mujer- y no funciona. “Es doloroso de ver, al menos debería haber un mamógrafo por estado y no están funcionando ni ocho. Eso es gravísimo. Las mujeres en el interior tienen que desplazarse para hacerse los exámenes, para tratarse, y no hay clínicas móviles ni quien se responsabilice del traslado”, destacó la representante de Senosalud.
Altos costos. Nancy Cardoso, gerente general de SenosAyuda, reiteró que los mamógrafos a nivel público no están disponibles para una atención oportuna y que en la parte privada resultan muy costosos.
“Por eso tenemos un programa de convenio con clínicas para que los precios sean más razonables. Están entre Bs 40, 50 mil o más depende de la clínica. Tomando en cuenta que después se puede requerir un eco u otra mamografía”, explicó Cardoso.
La especialista indica que el asunto se pone peliagudo una vez que el diagnóstico es positivo porque el protocolo es una intervención quirúrgica, la quimio o radioterapia -o las dos- y costear esto está sobre los 200 millones de bolívares.
Informa que en el servicio público hay posibilidades de realizar la cirugía, pero el volumen que manejan es alto y los tiempo de espera son grandes. Con respecto a la quimio evaluó que hay lugares dónde se puede garantizar la calidad de la atención como en El Llanito, el problema radica en que ellos también dependen de las farmacias de alto costo y que la existencia de estos medicamentos en el país es casi nula.
Se está hablando de tratamientos que cuestan entre 500 y mil dólares, por lo que se hace cuesta arriba comprarlos de forma privada.
Sin equipos. Cardoso señala que se ha agudizado realizar radioterapias ya que hay muy pocas operativas. Hace dos o tres meses varias organizaciones entraron en alarma porque no había en ninguna parte del interior del país.
“En centros funciona una semana y luego falla. En Caracas por ejemplo en el Padre Machado es intermitente. En Aragua había uno y ya no está funcionando”, lamentó.
Una radioterapia son en promedio 30 sesiones que tienen que ser hechas diariamente, cinco a la semana, con la importancia que representa la continuidad del tratamiento.
“No se puede hablar de atención oportuna en la parte pública, se recurre a donaciones de fundaciones. Hay incluso fundaciones del mismo Gobierno que les da dinero a los pacientes para cubrir los costos en la parte privada. Las pacientes se regatean, buscan, piden”, expresó.
Debido a que estas organizaciones se ven imposibilitadas de dar ayuda económica, recurren a orientar a las pacientes sobre cuál es la mejor manera de que su caso sea atendido.
Una realidad. El doctor Víctor Acosta, presidente del Centro Clínico de Estereotaxia, Ceclines, considera que el manejo del cáncer de mama no escapa de la realidad económica y social del país.
En contra se tiene el hecho de que en la atención pública no hay programas de pesquisas oportunas para las lesiones tempranas del cáncer de mama: “Con la intención de controlar lesiones -de manera temprana- el problema fundamental es que no hay programas organizados, en el pasado los hubo, pero ahora no. Desconozco si se está retomando”, dijo.
El doctor Acosta indicó que pocas veces cuentan con los repuestos para reparar las máquinas. Manifestó que el servicio de mamografía es la columna vertebral de hospitales como el Padre Machado.
“Una atención irregular no es síntoma de buena mastología. Equipos dañados, tratamientos de quimioterapia que no se administran de manera regular. Cuando los protocolos demuestran que hay beneficios de tratamiento continuo de 5 a 10 años”, ilustró y agregó que de 32 máquinas de radioterapia que había en el país están funcionando alrededor de 10 y no de forma constante, con irregularidades y sobredemanda de uso.
Catalogó como un desastre lo que se está viviendo en el país indicando que en la parte privada hay más posibilidades y una atención más oportuna, pero que este no es el reflejo general. Destacó que para el 2012-2013 hubo poco menos de 6 mil casos, con una mortalidad que rondaba poco más de los 2 mil pacientes.
Esta cifra, según su evaluación, está yendo en aumento. La incidencia contrasta con la realidad en otros países, la diferencia radica en que la mortalidad en Venezuela sigue subiendo cuando la tendencia mundial es hacia la baja.
Ve al mastólogo, luego tócate. Ante esta realidad, el doctor Javier Soteldo, representante de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, hizo hincapié en que mientras más temprano se hace el diagnóstico, más fácil es el tratamiento contra la enfermedad y resulta menos costoso.
“Hay que cambiar esa campaña icónica que dice ‘Tócate’. Hoy en día eso es complementario, queremos que las mujeres vayan al mastólogo antes de poder tocarse cualquier señal, porque entre más chiquito y menos palpable hay más posibilidades de recuperación”, señaló el especialista, quien llamó a la prevención.
2017-10-18