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Crisis golpea la salud mental del venezolano

Jueves, 04 de septiembre de 2014 a las 07:30 pm
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Zandy Aliendres

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la salud mental no es solo ausencia de trastornos psicológicos. La define como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Bajo este concepto y tomando en cuenta los altos índices de violencia existentes en Venezuela, vale la pena preguntar ¿cómo está la salud mental del venezolano? Especialistas en el área consideran que la crisis económica, política y social está arrastrando a muchos, llevándolos inclusive a lo primitivo.

“Desde el punto de vista de la psicología social y política, estamos delante de procesos de regresión masiva a estados muy primitivos de la población”

María Teresa Urreiztieta, psicóloga social, política y profesora de la Universidad Simón Bolívar, considera que Venezuela atraviesa una crisis profunda de valores. “La gente vive en una zozobra constante por el grado altísimo de incertidumbre. La gente pregunta todos los días cuando no encuentra los medicamentos, cuando no encuentra todos los días el producto que le hace falta para la alimentación, cuando no tiene ningún tipo de seguridad en cuanto a la protección de su vida. Es un estado de zozobra constante, una vida de alto voltaje, un clima de gran angustia en el día a día que hace que comiencen a aparecer este tipo de violencia extrema”, señala.

Añade que los últimos casos donde hay desmembramientos u homicidios entre familiares, hablan de “la profunda descomposición social referida a la pérdida de valores, típico de los estados de anomia” lo que permite a las personas “darle rienda suelta a los impulsos más primitivos”.

“Desde el punto de vista de la psicología social y política, estamos delante de procesos de regresión masiva a estados muy primitivos de la población”, reitera.

Por su parte, el psiquiatra Robert Lespinasse, expresidente de la Sociedad de Psiquiatría de Venezuela coincide en que el deterioro de la calidad de vida del venezolano provoca un estrés que ha pasado de lo agudo a lo crónico, hecho que mantiene a la población a la defensiva y frustrada por no conseguir una forma de vivir mejor.

En su opinión, que una persona no encuentre recursos para operar a un familiar, o la comida de sus hijos y que salga de la casa sin saber si volverá o no “trae que esta persona se sienta muy tensa, acosada, angustiada en una tensión perenne. Esto va a causar en la persona una gran irritabilidad, sensibilidad a todo estímulo y cualquier estímulo produce un efecto más intenso que el habitual y hace que la persona esté a toque, explosiva y violenta”.

“Los niveles de violencia en Venezuela han llegado a niveles impredecibles. Cualquier situación, cualquier pequeño detalle, cualquier trifulca es acabada a tiros, con armas blancas o con la pérdida de alguna persona”, agrega.

Ambos profesionales destacan que las personas pueden llegar a un nivel de desesperación, estado más crítico donde se pueden perder las dimensiones de la situación y actuar de una forma más radical e inesperada.

“Más que un problema de salud mental, estamos en un problema de salud pública que el gobierno no está atendiendo y eso está en la raíz más profunda del quiebre del pacto social, del profundo daño a la convivencia de la profunda polarización social y política del país y que se traduce en estos problemas de salud mental del venezolano”, concluye Urreiztieta.

Pacientes psiquiátricos pueden recaer

El entorno social también puede desestabilizar a aquellos mentalmente vulnerables y afectar de forma importante a pacientes con problemas psiquiátricos diagnosticados.

Lespinasse explica que las enfermedades psiquiátricas se dividen en dos grupos: las neuróticas y las psicóticas. En las primeras el paciente reconoce su condición y pide ayuda mientras que en la segunda el enfermo no asume su problema y culpa a otros.

“Con frecuencia han aumentado los cuadros de depresión, ansiedad, muchos cuadros psicóticos se han descompensado, bipolares, entre otros, producto de esta situación"

 

¿Cómo la crisis afecta a estas personas? El psiquiatra asegura que “el clima que estamos viviendo es un clima que estimula todas las patologías, tanto en los procesos neuróticos como en los psicóticos, es decir, las personas que tienen alguna afección se le incrementa o le aparecen síntomas”.

Detalla que quiénes tienen trastornos psicóticos están en riesgo de recaer.

“Con frecuencia han aumentado los cuadros de depresión, ansiedad, muchos cuadros psicóticos se han descompensado, bipolares, entre otros, producto de esta situación. Ellos se descompensan porque sienten que todo el ambiente está descompuesto”, comenta.

A esto suma la falta de fármaco psicotrópicos, lo que empeora la situación.

“Tenemos las consultas abarrotadas de casos con profundas angustias, ansiedades ante el futuro. Estamos teniendo casos de fobia, altas tasas de suicidio, ataques de pánico, depresiones y tristezas.

La gente también se aísla de sus entornos sociales y cada quien se está refugiando en sus alegrías privadas desarticulando a la sociedad y haciéndola cada vez más débil”, comenta.

Añade que producto de las preocupaciones y de la desaparición de normas básicas, también hay numerosos casos en aumento de trastornos como bulimia, anorexia, gastritis, casos violencia extrema y maltrato doméstico.

Viernes 5/9/2014

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