Redacción Armando Altuve/ [email protected]
La TV paga cambió la manera de ver la pantalla chica. Desde la llegada de estos servicios, cada vez más aumenta el número de venezolanos que se afilia a cualquier distribuidor para disfrutar de programas con contenido especializado. Las cifras son elocuentes. De acuerdo con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), 4 millones 647 mil 614 suscriptores decidieron tener el servicio en casa; aumentando, al mismo tiempo, el porcentaje de penetración que subió a 64%. Para el primer trimestre de 2015, se contabilizaron 4 millones 758 mil 498 usuarios que contaban con el servicio de televisión paga.
Johana Pérez Daza, investigadora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), afirma que la búsqueda de este servicio por parte de las familias es una tendencia mundial. “En el mundo, las personas buscan cada vez más programación especializada, contenidos particulares en el ámbito deportivo, noticioso, histórico. Es una oferta que se da principalmente en la televisión por suscripción, entonces, las audiencias pagan el servicio que les garantizará la especialización de contenido que desean ver”, explica Pérez.
Demanda criolla. La investigadora señala que en el caso particular de Venezuela, el incremento de la demanda obedece a razones ligadas a la coyuntura política del país en los últimos años; pero además a la escasa diversidad de programación que ofrecen las parrillas de los canales de televisión nacional con señal abierta. “Ves series repetidas, contenidos reeditados una y otra vez, casos emblemáticos como El Chavo y El Zorro, lo que hace que las audiencias se agoten y busquen otra alternativa de entretenimiento”, sostiene Pérez Daza.
Enfatiza que la irrupción de cadenas presidenciales y el uso de micros que se trasmiten que por disposición del artículo 10 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión hacen que el público se sature de información con contenido gubernamental e ideológico. Incluso que la mayoría de los canales que se ven en el espectro son administrados por el Estado que, además, apoyan la tendencia política oficial.
“Servicio ilegal”. Pérez Daza considera que en la medida en que ha crecido el número de usuarios, también aumentan las ilegalidades de los servicios. “El servicio de televisión por suscripción no siempre es legal, pues existen personas, que ante la dificultad de pagarlo, deciden hacer negocio con el usuario que sí adquirió el descodificador. Situación que es ilegal”.
La directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Televisión por Suscripción (Cavetesu), Eveling González, reitera que todas esas actuaciones deben ser penalizadas. En este sentido, revela que varios usuarios les han notificado sobre casos de tomas ilegales de señas, por lo que insta a las autoridades a poner coto a esta situación, incluso a los operadores que roban equipos para montar “servicios paralelos”. “El Estado debe abrir un proceso penal contra esa persona porque el robo de una señal es un delito”, recalca.
Oferta engañosa. González resalta que la televisión por suscripción es atractivo por la variedad de contenidos y más barato que salir a comer un día en un restaurante.
Sin embargo, Pérez Daza señala que las empresas también ofrecen una “oferta engañosa” a sus usuarios, “los programas que se transmiten a través de los canales por suscripción también presentan una oferta engañosa. Una oferta que hace que los usuarios eleven quejas constantes porque pagan por ese servicio pero no se sienten satisfecho debido a que ven las mismas películas que en tres o cuatro canales simultáneamente con tres o cuatro horas de diferencia”.
Lea más en su Diario 2001
2015-10-04