Cada 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes y es una oportunidad para que las personas tomen conciencia de el efecto que tiene sobre la salud.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la cifra de personas que padecen la enfermedad en el mundo incrementó a 420 millones en los últimos 30 años, de los cuales 62 están en la Región de las Américas. De mantenerse la tendencia actual estiman que en 2025 habrá más de 700 millones de personas con diabetes en el mundo.
La incidencia de la diabetes en Venezuela está alrededor de 0.1 por 100.000 habitantes y la prevalencia va desde 6.5 a 10 % de la población, según indicó el profesional de la salud Pedro Ascanio. Aclaró que al no haber un buen registro epidemiológico estos datos podrían ser mayores.
Apuntó que, a causa del sedentarismo, la obesidad y los malos hábitos alimenticios como la ingesta mayormente de carbohidratos la enfermedad se ha venido incrementando.
Asimismo, la especialista Rosa González explicó que existen estudios donde alertan que la diabetes debe ser considerada como secuela del Covid-19.
Destaca como otro factor el uso indiscriminado de esteroides que se produjo como parte de tratamiento del coronavirus indicado por médicos en centros de atención ambulatorios y hospitalización, pero siendo en realidad excesivo, propiciado por el desconocimiento inicial en el manejo de la pandemia donde, inclusive, hubo personas que llegaron a recibir altas dosis por tiempo prolongado: 15, 20 días y hasta un mes.
Aseveró también que la diabetes tipo 1 se ha mantenido casi siempre igual y que el aumento es más acentuado en el tipo 2.
Medicamentos
El doctor Ascanio aseguró que la red regional de ayuda al diabético no funciona a cabalidad. Muchas veces de toda la gama de medicamentos que existen para el tratamiento de la enfermedad solo tienen uno y en el peor de los casos ninguno. “Esto trae como consecuencia que solo se pueda tratar a los pacientes con un solo medicamento cuando cada paciente tiene indicaciones de tratamiento distintas”, explicó.
Asimismo, alertó que existe una ausencia casi total de las insulinas y de existir solo existen las más antiguas. No hay posibilidades de obtener en la red regional de salud las más novedosas. “Por esta razón los pacientes tratan de adquirir los medicamentos en farmacias privadas donde los costos son muy altos”, añadió.
Por su parte, la doctora González aseguró que en sus consultas se presentan con frecuencia pacientes que se descompensan “por el uso de medicinas de dudosa calidad como las provenientes de la India”.
Costos
El costo de las consultas privadas con un médico endocrinólogo varía según la región del país y el centro de salud. Por ejemplo, en Aragua y Lara están entre 40 y 50 dólares, en la capital pueden alcanzar hasta los 100 dólares.
Especialistas señalan que las consultas en hospitales públicos son escasas por la ausencia de medicamentos y por los bajos honorarios del personal.
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