EFE
El diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se mantiene suspendido y a la espera de que arriben al país los cancilleres de la Unasur que se han comprometido a acompañar estas conversaciones, mientras Caracas y otras ciudades del país volvieron a ser escenario de protestas.
Las reuniones técnicas para el diálogo que se inició el pasado 10 de abril entre el Ejecutivo y los dirigentes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para procurar aliviar la crisis política que vive el país se paralizaron el lunes pasado por decisión del bando adverso al Gobierno.
La oposición reiteró que el proceso se encuentra trabado y que esperan que los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) puedan desatrancarlo.
"Estamos esperando si por fin vienen los cancilleres o no, si llegan nos vamos a reunir con ellos para informarles lo que ha estado pasando con la falta de cumplimiento de acuerdos hecho por Gobierno", dijo a Efe Roberto Enríquez, representante de la MUD en el diálogo.
Los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; Colombia, María Ángela Holguín, y Ecuador, Ricardo Patiño, que actúan como terceros de buena fe en representación de la Unasur en este diálogo, llegarán el jueves al país y, según Maduro, esta semana también podría arribar el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolín.
La paralización de las reuniones se produjo después de que miembros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional (policía militarizada) reprimieran a cientos de estudiantes que pedían la liberación de once detenidos el jueves pasado tras el desmantelamiento de campamentos de manifestantes.
Maduro respondió a estas críticas horas más tarde indicando que su Gobierno no abandonará la mesa de diálogo y que espera que la oposición tampoco lo haga pese a las presiones a las que asegura, está sometida, al tiempo que destacó que "ya el hecho de estar dialogando, debatiendo, es un avance democrático importante".
Centenares de estudiantes salieron a marchar nuevamente para exigir la liberación de los detenidos en las protestas en una manifestación que discurrió por el este de Caracas y que acabó en enfrentamientos con la Policía y decenas de arrestos.
Los jóvenes, convocados por el movimiento estudiantil que inició las protestas hace tres meses, pretendían llegar a la sede de la Fiscalía, en el oeste de la ciudad, pero una vez más el Gobierno impidió su marcha por esa zona de Caracas por lo que se manifestaron frente a la sede de la ONU, en el este de la capital.
Una vez finalizada la marcha que transcurrió de forma pacífica, un grupo de los manifestantes se separó para cerrar vías cercanas, hacer barricadas y arremeter con piedras y otros objetos contra la sede del Ministerio de Turismo, ubicado en la zona.
Decenas de miembros de la policía militarizada respondieron entonces con gases contra los manifestantes y detuvieron a decenas de personas.
El presidente del centro de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Juan Requesens, que convocó a la marcha, dijo más tarde en su cuenta de Twitter que los manifestantes fueron tratados como "delincuentes" por la policía.
Asimismo, diarios regionales reportaron protestas antigubernamentales estudiantiles en los estados Carabobo (centro) y los occidentales Zulia y Táchira.
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, dijo que en los próximos días entregará a Amnistía Internacional (AI) un informe con las actuaciones del Ministerio Público durante los tres meses de protestas antigubernamentales que se iniciaron el 12 de febrero y han dejado más de 40 muertos.
Ortega apuntó que el informe servirá "para que Amnistía Internacional tenga una visión completa de lo que está pasando en el país", durante lo que, según dijo, han sido "estos tres meses de angustia que ha vivido el pueblo venezolano producto de acciones violentas, agresivas, vandálicas de un grupo de personas".
Miércoles 14/5/2014