Redación 2001
La apertura del nuevo año escolar para el período 2018-2019 se avizora con poca tranquilidad.
Algunos planteles educativos están aún bajo las aguas en los estados que sufrieron la inclemencia del temporal de lluvia como el Estado Bolívar y Amazonas.
Las escuelas de estos estados desaparecieron por los efectos de las inundaciones de los ríos que se desbordaron por doquier.
Las que quedan de pie sirven de albergues a los damnificados. Como si esto fuera poco, las que están aparentemente “en buen estado” sufren la calamidad de tener infraestructuras en pésimas condiciones.
A esto se le agrega la incertidumbre del salario y la contratación colectiva de los educadores quienes exigen respeto a la escala salarial por los años de servicio.
Nancy Hernández integrante del consejo consultivo de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres) en entrevista ofrecidas a un canal de TV comercial alertó sobre la situación del sector educativo del país, pues considera “que existe una gran incertidumbre hacia lo negativo. Vamos a comenzar un año escolar, si lo comenzamos, sumamente difícil”.
Refiere que el 80 % de los planteles públicos no han comenzado los trabajos de recuperación de la infraestructura. También le inquieta lo referido al programa de alimentación escolar.
“No sabemos si va a comenzar a funcionar y no pueden esperar a octubre o noviembre para que comience a funcionar, como ha sido reiterado por lo menos en los últimos 5 años”.
Por otra parte, considera que el aumento del salario mínimo a BsS 1800 dificultará la apertura de muchos colegios: “esto abre un gran compás casi de cierre técnico de muchísimas instituciones. Hay más de un millar de maestros del sistema de Fe y Alegría que se han ido. Desertaron y hay una gran cantidad de ese sector que está sin posibilidad de saber cuál es la matrícula y de si podrán comenzar las clases”.
Por su parte, Fausto Romeo, presidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep), alertó que por la situación país los presupuestos de los planteles se verán afectados. Por tanto reducirán las nóminas y por lo menos 400 colegios en todo el país cerrarán.
Indicó que debido a la falla en los servicios públicos y al alto costo de la comida y los útiles escolares, alrededor de 251.000 niños abandonaron las aulas entre los años 2015-2016 y 2017-2018.
De acuerdo con cifras de Fe y Alegría más de 3.500 maestros se han ido de las escuelas de esta organización a escala nacional. Más de 1.600 educadores que laboran en 700 instituciones educativas de la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec), han presentado sus cartas de renuncia en este periodo escolar. Por su parte, la Andiep también ha hablado de los profesores que han abandonado las aulas.
Agrega que la crisis migratoria de venezolanos también es un problema principal, tan solo en la red de colegios de la organización Fe y Alegría, que tiene 170 instituciones educativas repartidas en zonas populares de toda Venezuela, se han reportado 4.444 niños y adolescentes en Venezuela que han sido “dejados atrás” por sus padres y los ponen a cargo de abuelas, tíos, hermanos mayores o vecinos.
2018-09-15
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