Nayzai Saavedra
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A pesar de que el acceso a la información sobre la adecuada salud sexual está a la mano del que desee conocer más, el embarazo precoz es un fenómeno que no ha conseguido ser frenado, sobre todo en Venezuela, en donde -aunque la desinformación hace su parte en el mantenimiento de los índices- la gravidez a corta edad está siendo un modelo de vida consciente, esperado e incluso anhelado.
Por elección
Esto ha quedado evidenciado en programas de maternidad que llevan a cabo organizaciones no gubernamentales como Niña Madre, en donde la mayoría de las asistentes asumen este rol, según lo que la tendencia de la sociedad o su entorno familiar dicte.
Gladys Madriz, presidenta de la ONG, indicó que dentro de los proyectos de vida de las adolescentes embarazadas estaba el ser madres a corta edad, por lo que cuando llegan a la asociación en realidad están buscando una orientación o preparación para el momento en el que tengan que dar a luz.
Más que una presión social se ha creado una especie de cultura, en la que se normaliza la práctica del embarazo a partir de los 14 años.
Claudia Clemente, encargada del programa de maternidad, indicó que son patrones que se arrastran, en muchos casos es una de las formas en las que las adolescentes se identifican como "mujer", pero que no es una idea repentina sino que viene inculcado por su madre, abuela o por personas cercanas.
"Algunas lo ven como una forma de independizarse, de zafarse del control familiar porque les dan más libertad de ir y venir, mientras que otras en realidad lo quieren", manifestó Clemente basada en la experiencia de la ONG.
Amalio Belmonte, sociólogo, indica que en estos casos las jóvenes que buscan quedar embarzadas ven ser madres como algo idílico; es decir, creen que el ser tener un bebé es una especie de realización, lo cual tiene sentido porque hay una matriz de opinión de que es una especie de culminación en la mujer.
"Es una suerte de realización, pero a los 12 ó 16 años es un disparate y lo que cabe es formar a nuestras niñas para que asuman que la maternidad no es un problema de edad, sino de madurez, en el que en un principio deben darse ciertas condiciones, preferiblemente con una pareja estable", consideró el sociólogo.
Belmonte lo explicó como un desafío que puede ser realizable, pero en el que luego hay que asumir una responsabilidad, por lo que en la mayoría de los casos esa imagen que se tienen equivocadamente sobre la magia de tener un bebé a una edad temprana se viene al suelo.
Figura del antihéroe
Por otra parte, se ha generado una matriz de opinión en la que se indica que las adolescentes se sienten atraídas por los jóvenes u hombres con conductas delictivas, sobre todo los que demuestran tener el liderazgo en zonas populares.
Sobre este punto, Belmonte señaló que hay una hipótesis -que se puede cumplir en algunos sectores, pero que no se trata de una conducta generalizada- sobre lo que se llama la "Figura del Antihéroe".
El sociólogo explicó que una joven adolescente apenas está consolidando sus referencias simbólicas, comienza a determinar cuál masculino podría ser referencia. En esa búsqueda, dependiendo de la formación familiar, del entorno de desarrollo, la adolescente va a tener alguna prenoción de cuál debería ser su pareja -aunque eso cambia a medida que evoluciona la madurez intelectual- y en algunos casos la "anomia" aparece como un ejemplo. El antihéroe es la persona que va en contra de las normas, pero que, irónicamente, puede resultar atractivo como una figura de elección al momento de decidir tener un hijo.
"Estamos hablando del transgresor encarnado como la idea del macho desafiante. Es el que transgrede la ley, puede estar armado, utiliza la violencia y eso puede ser interpretado erróneamente por las jóvenes como el protector", dijo.
Belmonte reiteró que esto va a depender mucho del entorno de la joven, de los valores con los que se ha ido formando, de la presión social que ejercen las demás chicas de su edad y de las condiciones sociales en las que vive.
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2016-10-15