Nayzai Saavedra
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Falta de seguridad, recursos económicos cortos y áreas descuidadas son algunos de los problemas que atraviesa el Jardín Botánico de Caracas.
En la actualidad no se encuentra en su mejor momento
Este lugar alguna vez fue considerado "la estrella" de la ciudad, un valioso pulmón vegetal que destaca sobre las estructuras urbanas; incluso fue nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
En un recorrido realizado por el equipo del Diario 2001 se conoció que sus visitantes consideran que ha pasado un tiempo desde que este espacio natural vivió días gloriosos. No está a su favor el hecho que de que esta joya -con gran valor no sólo para el esparcimiento sino para el conocimiento, la investigación y la botánica en general- no sea conocido por gran parte de los citadinos, por lo que sus problemas no han sido tomados en cuenta.
Lo cierto es que a pesar de que este lugar arbolado está bajo el manejo de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela (Fivb) adscrita a la UCV, hasta este año no contaba con un presupuesto asignado, sino que se mantiene con ayudas especiales que van dirigidas a asuntos específicos, por lo que se hace cuesta arriba el tema del mantenimiento.
La profesora Ana Herrera, directora del jardín, manifestó que el estado en el que se encuentra "no es aceptable".
El problema no tiene que ver con el personal, hay 20 jardineros -sin contar con el jefe del parque, el jefe del vivero y el jefe de mantenimiento-, por lo que la situación es que estos empleados no tienen las herramientas adecuadas para realizar su trabajo.
Herrera indicó que a pesar de que reciben ingresos por el alquiler de algunos espacios es insuficiente, por lo que tienen muchas limitaciones para actuar en cuanto al funcionamiento, la falla fundamental está en maquinaria y suministros. Poco es lo que se puede hacer para despejar las áreas y recortar las hierbas que en algunos puntos crecen sin control.
De sopita
La seguridad a lo largo de las instalaciones es casi nula. De 70 hectáreas sólo están habilitadas para el acceso nueve, y éstas de por sí cuentan con espacios que están "prohibidos".
"Tenemos denuncias de robos todo el tiempo. Nuestros vecinos son los habitantes del barrio La Charneca y por eso también evitamos que los visitantes suban la montaña", comentó Herrera.
También denunció que han pedido al Gobierno nacional más efectivos de vigilancia, pero que no han sido escuchados.
No reciben donativos a menudo, el año pasado consiguieron uno de la empresa EPA que fue dirigido al herbario donde está registrada la muestra de más de 400 mil especímenes. En la actualidad temen por esta área, pues muchos de los equipos -entre ellos aires acondicionados- no dan para más.
En uno de los actos delictivos se robaron 250 metros de cable 0, dejando inutilizada -hasta el momento- la taquilla electrónica, la casa de huéspedes y otras áreas.
Otra de las zonas que está en abandono es la estructura en donde se albergaban efectivos militares y que después de ser desalojada fue dejada sin supervisión, por lo que ha sido blanco de la delincuencia y hasta los marcos los robaron, a su lado hay una especie de invernadero inundado.
Además, debido a regulaciones de la ley no pueden adquirir algunos elementos como resmas de papel, imprimir y esto es vital para la parte académica y de investigación.
Fotos: Wladimir Campos
2017-02-06