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JUEVES, 25 DE ABRIL DE 2024
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Endometriosis, la enfermedad de las mujeres que los hombres no terminan de reconocer

por Avatar Libany Daniels
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Endometriosis, la enfermedad de las mujeres que los hombres no terminan de reconocer
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Libany Daniels | [email protected]

El pasado 14 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Endometriosis. Mes dedicado a la concientización de esta enfermedad.

Una de cada diez mujeres sufre de endometriosis y su diagnóstico tarda en llegar entre siete y diez años, por eso, y tras mucho tiempo sintiéndose desplazadas por el género masculino, las mujeres piden una mayor visibilidad de su condición: las reglas dolorosas no son normales y esto no es ningún signo de feminidad.

Cada vez más organizadas, las endoguerreras, mujeres que sufren la enfermedad mes a mes con cada ciclo menstrual, alzan la voz. Mientras, sus familiares, parejas, jefes, profesores o  ginecólogos las tildan de "exageradas" o “dramáticas”.

Se estima que en Venezuela, aproximadamente, existe un millón de mujeres con este padecimiento. Se calcula la existencia de 150 millones aproximadamente de casos en todo el mundo. Sin embargo, la visibilidad y concientización de esta enfermedad es muy reducida. 

Lee: Endometriosis, cuando el ciclo menstrual se convierte en enfermedad

Dos mujeres con dos  historias completamente diferentes conversaron con el Diario 2001 sobre la enfermedad que marcó sus vidas, y a pesar de la disparidad en tratamientos o incluso en gravedad, tienen un pensamiento común: es el dolor más desagradable que han sentido. 

Tamara Rodríguez Ayala

Tamara Rodríguez Ayala, de 37 años de edad, comentó cómo vive una paciente con endometriosis y todo lo que ha tenido que sortear para poder atender esta enfermedad. 

La joven de nacionalidad argentina se desarrolló a los 11 años de edad y, desde ese momento, sufrió dolores muy intensos, al punto de no poder levantarse de la cama. “ Me desarrollé a los 11 años y desde ese momento no recuerdo un solo mes sin dolor, al punto de no poder levantarme de la cama”, detalla.

Recuerda que su madre la llevó a consultas médicas con pediatras y ginecólogos, todos coincidían en que  “como me había desarrollado tan pequeña era una cuestión hormonal que se acomodaría con el paso de los años”.

Rodriguez explicó que entre los 11 y 13 años consumía analgesicos fuertes para el dolor, pero no le hicieron efecto. “Mi mamá me daba sus analgésicos y nunca me hicieron efecto, lloraba en las madrugadas. Mi sangrado era demasiado abundante y tenía una duración de 7 u 8 días”.

Esta enfermedad imposibilitaba a Tamara a tal punto de no poder asistir al colegio. “Cuando lo hacía regresaba a mi casa toda manchada. Ni hablar de hacer ejercicio. Los maestros pensaban que eran excusas. Me obligaban a hacer cosas que no me daba el cuerpo hasta que me veían pálida y me sentaban a un costado hasta terminar la clase de gimnasia”, recordó.

A la edad de 17 años le diagnosticaron hipertiroidismo, solo recibió tratamiento para ello. A los 20 años quedó embarazada de su primer hijo, y aseguró haber vivido un embarazo traumático y muy delicado. Su pequeño nació por cesárea a las 35 semanas con un peso de 1.700Kg, debido a que no recibía oxígeno por las arterias uterinas . Hoy es un joven de 17 años.

Luego de la cesárea comenzó a sentir dolores fuertes y menstruación abundante. Los médicos le indicaron tratamiento con anticonceptivo que “no me quitaban el dolor, sangraba mínimo 3 o 4 meses. Las ecografías mostraban ovarios polifoliculares, algún quiste funcional”, comenta.

“En las ecografías que me realizaban no salía nada, y yo seguía adolorida. La solución de la ginecóloga era  operarme para ver que tenía y en ese momento me nombró la palabra endometriosis, tenía 24 años de edad”, señala Rodríguez.

Los dolores continuaban y no era diagnosticada. “ A los 27 años  acudí a una cita ginecológica. Me realizaron nuevamente una ecografía y la doctora dijo que tenía endometritis causada por una enfermedad de transmisión sexual, quedé sorprendida. Me indicaron analgesicos, reposo y antibioticos”, expresa.

Después de 48 horas de haber sido atendida, acudió a otro ginecologo y a través de una ecografía le indican que tiene un  quiste hemorrágico, pero no recibe atención médica. Así pasó 10 días entre hospitales y médicos que no le explicaban la razón a todos los años de dolor y malestar que presentaba. 

El 5 de diciembre del año 2010, entró a pabellón para conocer realmente lo que tenía. “Estuve 1 hora en quirófano. El cirujano que me operó indicó que extrajo un quiste de 4 cm del ovario izquierdo, otro de 2cm del derecho y tenía todos los órganos pegados, útero, trompas, ovarios, intestino, vejiga, adherencias por todo el abdomen, tenía una endometriosis severa”, explica.

Posterior a esa cirugía tuvo un sinfín de internaciones en centros de salud. El dolor era tratado con bomba de morfina, nubaina, metadona, anticonceptivos y tratamientos  de todos los tipos.

En 2012 quedó embarazada, pero a las 7 semanas sufrió  un aborto espontáneo. “Me costó más de un año recuperarme emocionalmente”, expresó conmovida.

En el año 2013 fue intervenida quirúrgicamente de urgencia. “ Tenía quiste en ambos ovarios y adherencias. Me dijeron que si quería quedar embarazada tendría que hacer fecundación in vitro (FIV) o mediante la inyección intracitoplasmática, conocida como (ICSI).En el año 2017 otra cirugía más, otra vez lo mismo”.

Rodríguez, con sentimientos encontrados, manifestó que está “al límite de que en cualquier momento sea internada de urgencia por dolor y me hagan otra cirugía”.

Asimismo, indica haber tenido tratamiento psicológico y psiquiátrico, porque según los médicos “yo canalizaba mis ataques de pánico en los ovarios. Porque ya no tenía nada, entonces inventaba los dolores. Los psiquiatras elaboraron el informe donde decía que el dolor era real”. 

Rodríguez manifestó estar cansada de ser el “ratoncito de laboratorio” con el que practican con un medicamento y  otro. “Me cansé, me harté de las hormonas, los anticonceptivos, etc. Solo manejo el dolor con analgésicos fuertes. Y si no se me pasa me dejaran internada, pero no quiero mas hormonas, más tratamientos fallidos, ninguno me funcionó y me cansé”, aseveró.

Sostuvo que ya ha pasado por muchos tratamientos psicológicos y psiquiátricos por trastorno depresivo recurrente así que “no pueden decirme que estoy loca o que no atiendo mi salud mental, porque sí lo hago”.

Aseveró que se necesitan “médicos capacitados para tratar esta enfermedad. No todos los ginecólogos saben llevarla, menos diagnosticarla”, concluyó.

Lee: Cómo enfrentar la sexualidad con endometriosis

Madelin Rauseo Prado

La primera intervención quirúrgica  de Madelin Rauseo Prado fue a la edad de 20 años, porque tenía los órganos pegados a causa del endometrio. En ese momento sus médicos desconocían que padecía de endometriosis.

Rauseo, quien tiene 44 años de edad, explicó que luego de ser operada asistió a dos médicos más para tratar su situación, pero el resultado fue negativo, porque los especialistas no le encontraron ninguna anomalía.

Por la falta de diagnóstico pasó por cinco intervenciones quirúrgicas, cuando aún no tenía un cuadro clínico definido.

Transcurrieron ocho años para ser detectada con endometriosis por un médico especialista, quien decidió realizarle una cirugía luego de que pasara mucho tiempo con fuertes dolores y malestares. “Cuando me venía el período los dolores eran tan fuertes que me desmayaba. No podía realizar otras actividades porque siempre sentía un dolor constante sin menstruación.”, aseguró.

Atravesó por diversos tratamientos anticonceptivos, inyecciones para evitar el sangrado durante la menstruación y operaciones anuales. Comentó que desde su última operación hace cinco años, “me he sentido muy bien, hasta el sol de hoy no tengo los dolores horrorosos que sentía durante la menstruación. Cada seis meses tengo consulta y estoy bastante controlada”.  

Para algunas mujeres, ser madre es el sueño de toda su vida, pero esto cambia cuando reciben el diagnóstico de endometriosis. Rauseo tuvo que someterse a cinco ciclos de fertilización más dos ciclos de in vitro, siendo una etapa emocionalmente fuerte para ella. 

Mientras se encontraba en tratamiento de fertilidad, un ovario se llenó nuevamente de endometrios y tuvo que ser intervenida. “Me hicieron el mismo procedimiento y gracias a Dios mejoré bastante”, dijo.

“Mi médico asegura que en cualquier momento puedo quedar embarazada, debido a que mi útero y ovarios están muy bien”, indica.

El hecho de tener esta enfermedad ha sido complicado y traumático para Rauseo, quien decidió no tomar más medicamentos para quedar embarazada.  “Pasé muchos años con tratamientos para la endometriosis. Me cansé de tomar hormonas que a la larga traen consecuencias. Si Dios me va a enviar un hijo que sea de forma natural y no por terapias. En este momento no consumo ningún tipo de pastillas ni siquiera para el dolor de cabeza”, relató.

Con realidades diferentes, ambas coincidieron en los síntomas, que son las primeras alarmas de esta enfermedad, junto con la diversidad de tratamientos por los cuales han debido pasar para mejorar su calidad de vida.

Algunas mujeres corren con suerte de ser intervenidas en una ocasión con resultados favorables, pero existen casos de jóvenes que han sido sometidas hasta 14 veces por endometriosis. 

Ambas mujeres enviaron  un mensaje de concientización sobre la endometriosis, porque marzo es el mes de la enfermedad que enfrenta la mayoría de la población femenina. 

Exhortaron a los hombres, compañeros de trabajo, familiares y a todas aquellas personas que no conocen de la enfermedad a investigar más sobre ella. A entender que no es una exageración los dolores menstruales, son reales y cualquier mujer los puede sentir.

Recordaron que las reglas dolorosas no son normales. Recomendaron ir al médico en caso de que se presenten los síntomas descritos.  

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