EFE
Venezuela ha superado un mes de las protestas de estudiantes y opositores contra el Gobierno de Nicolás Maduro con un escenario trabado en el que el Ejecutivo llama a un diálogo que no aceptan sus adversarios mientras el conflicto de fondo se enquista.
Analistas consultados por Efe consideran que el balance de las protestas es negativo para todos los actores políticos, desde el Gobierno a la oposición radical en un escenario de polarización que reclama una mediación y puede terminar precipitando en el largo plazo un espacio para terceras vías políticas.
Venezuela cumplió esta semana un mes de protestas desde que un grupo de estudiantes y de opositores encabezaron el 12 de febrero una marcha en Caracas que acabó con actos de violencia contra bienes y edificios públicos y tres muertos, homicidios por los que hay ocho agentes de inteligencia detenidos.
Las protestas estudiantiles giran en torno a la solución de problemas como la inseguridad y la inflación, y a la demanda de justicia por los abusos policiales; la oposición radical pide el fin del Gobierno de Maduro, mientras que este sostiene que las protestas son un intento de golpe y en cada ocasión reitera las llamadas al diálogo.
Las protestas estudiantiles giran en torno a la solución de problemas: la inseguridad la inflación, cese de represión y el fin del Gobierno |
Hace dos semanas Maduro lanzó una Conferencia de Paz a la que se incorporaron diversos actores, particularmente importantes en el sector empresarial, y opositores a título particular, pero no los partidos contrarios al Gobierno por considerar que debe cumplirse una serie de condiciones.
Hoy día no hay diálogo directo entre estudiantes opositores ni oposición institucional con el Gobierno y la comisión que enviará la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a principios de abril parece una de las pocas cartas que pueden destrabar el tablero.
"Las protestas terminan siendo demoledoras para todas las partes involucradas", indicó a Efe el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.
"Maduro pierde porque se convulsiona el país, se le hace más complicado el manejo de la economía, se le deterioran los procesos, tiene una pérdida impresionante en términos de imagen internacional que habían hecho esfuerzos para rescatar y recuperar y esta convulsión general afecta su conexión popular", dijo.
La oposición tiene un "fraccionamiento impresionante" y "la población no la ve como una alternativa seria" y "los estudiantes perdieron el control de la protesta porque se contaminó y una parte importante de la población lo relaciona con la violencia", indicó.
Para León, los "radicales dentro de la oposición" han generado "un proceso anárquico que no va para ningún lado y que probablemente terminará en frustración de los protestantes".
En su opinión, el Gobierno se equivocó en su reacción "absolutamente prepotente, agresiva, represiva" que ha generado una "convulsión social que vino para quedarse".
"Esto se puede desinflar, lo podrás controlar, pero no lo vas resolver", dijo.
"Maduro, sostiene que las protestas son un intento de golpe" |
El politólogo Nícmer Evans, profesor de la Universidad Central de Venezuela, coincide en que, con 28 muertos y más de 350 heridos (cifra ofrecida por la Fiscalía), "hay un solo perdedor en todo esto que es Venezuela".
Para Evans sin embargo "hay una brutal y extraordinaria campaña articulada con la oposición venezolana de desprestigio de cualquier cosa que haga Maduro", que, subraya, "ha sido un presidente asediado" desde que asumió el poder hace once meses.
En su opinión, los hechos de violencia en la calle y la negación de la oposición del diálogo de la oposición hacen "necesario la imposición de la condición de Estado" y cuestionó la postura de los adversarios al Gobierno que no aceptan un diálogo, pero no plantean una alternativa.
"El problema es de voluntad política de los reales actos decisores", dijo.
En su opinión, con este escenario hay un proceso de mediano y largo plazo que profundiza la posibilidad de que se genere "un tercer espacio" político de "oxigenación de un lado y del otro" para quienes "no se ven representados ni por la dirección de la oposición ni por la posición Maduro".
"Las posibles salidas no lucen hoy viables porque ello pasa por un proceso de promoción abierta de una mayor tolerancia política y todavía hay mucha desconfianza alrededor de la iniciativa del gobierno", indicó por su parte John Magdaleno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Administración (IESA).
Para Magdaleno, el Gobierno ha enviado "señales muy contradictorias" llamando por un lado a la oposición al diálogo y por otro "descalificándola públicamente de manera constante".
"El discurso crea realidades: un discurso beligerante crea el imaginario de un conflicto sin solución", advirtió, al señalar que a estas alturas "pareciera claro que sin mediación la iniciativa del diálogo va a experimentar un clarísimo estancamiento".
Magdaleno coincide en que este contexto termina favoreciendo el surgimiento de una tercera corriente política, no en el corto plazo, pero que se va asentando en la idea de que "la estrategia global de ambos sectores dirigentes no ayuda a resolver los problemas de fondo sino que contribuyen a reavivar viejas heridas".
2014-03-16