Erick S. González Caldea | [email protected]
La malnutrición es hoy en día una constantes en la mayoría de las familias venezolanas. Los niños y adolescentes son los más afectados, pues la falta de proteínas en sus platos frena su crecimiento físico y psicológico.
Varias organizaciones no gubernamentales, como Cáritas de Venezuela, han advertido que actualmente los índices de desnutrición aguda se sitúan en 15,2 %, por lo que consideran que la situación del país pasó de crisis a emergencia.
Ante esta situación, la fundación Bengoa publicó una serie de recomendaciones para las familias, donde están incluidos recetarios, además de planes nutricionales, adaptados a la situación económica de la nación. “Hoy más que nunca la creatividad y el ahorro son herramientas fundamentales para procurar una alimentación variada y equilibrada”, se lee en el comunicado publicado por la organización.
Maritza Landaeta-Jiménez, directora de la Fundación Bengoa, señaló que debido al declive del sobrepeso en los niños y el aumento de la desnutrición motivó a que la organización realizara planes estratégicos para combatir la falta de comida.
“Ante la escasez de alimentos es vital poder hacer planes para variar los platos y así aprovechar nutrientes de esas comidas que usualmente no son incluidas en la dieta venezolana. Además de rendir los pocos productos que se adquieren como son las carnes”, detalló Landaeta-Jiménez, quien como recomendación principal propuso incluir en los platillos para los niños la sardina, rica en ácidos grasos.
A través de un seguimiento nutricional en 14 diferentes escuelas distribuidas en los estados Apure, Distrito Capital, Miranda, Vargas y Zulia, la organización reveló que la media de desnutrición en estos colegios es de 20% a 30%, según los factores poblacionales de cada plantel.
Variedad alimentaria. La directora de Bengoa recomendó a las familias a evaluar los precios de los alimentos que se compran para la casa. “Se deben aprovechar los mercados a cielo abierto o ferias de verduras que, por lo general, manejan uno o dos precios para todos los productos. Son una buena opción de ahorro”, acertó la nutricionista.
Indicó que conocer los tiempos de cosecha puede ser sustancioso para comprar tubérculos y frutas más baratas en cada temporada. Recomendó, según el presupuesto familiar (mensual o semanal), comprar las cantidades justas para prevenir pérdidas por deterioro de algún alimento.
Sugirió que los padres compres vísceras de animales (como son el hígado, lengua, corazón) cuyo precio es económico y de muy fácil acceso. Destacó que en el recetario -descargable en la página web www.fundacionbengoa.org– hay menús deliciosos para darles a los niños.
Sólo pan. “La alimentación de los criollos son sólo carbohidratos, cereales y tubérculos. La proteínas fueron dejadas de un lado, debido a los precios de las carnes”, sostuvo Maritza Landaeta-Jiménez, nutrióloga.
Manifestó que la mala alimentación de los niños está estrictamente ligada a su desempeño educacional, sobre todo a su crecimiento natural. “Cada vez hay más niños con desnutrición grave, esto causa retardo en su crecimiento. Los niños no consumen las calorías necesarias”, dijo la experta.
2017-10-30