Nathalia García | [email protected]
Este año se cumple el 75 aniversario de firma de rendición absoluta de Japón luego de que Estados Unidos lanzó las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, un hecho que marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial que sucedió entre 1939 y 1945.
El 6 de agosto de 1945 Estados Unidos lanzó la primera bomba en Hiroshima y tres días más tarde, el 9 de ese mes, la segunda en Nagasaki. El argumento para actuar de esa forma, según el expresidente estadounidense Harry Truman, fue que esperaban que el ataque causara un shock tan grande en la población que los mandatarios se verían en la necesidad de presentar la rendición incondicional.
El 15 de agosto de 1945 Japón anunció su rendición cuando el Emperador Hirohito confirmó la capitulación refiriéndose a una "nueva y cruel bomba", pero no fue sino hasta el 2 de septiembre que firmó el acta donde se confirmaba este hecho.
Al momento de la culminación del conflicto, Japón perdió todas las conquistas que realizó en los años de guerra y su territorio quedó reducido a cuatro islas metropolitanas, así como también el respeto que sentía la población nipona por el imperio japonés.
Durante los seis años de guerra murieron más de 50 millones de víctimas, lo que la convirtió en el cataclismo de violencia más mortífero de la historia. Este momento fue marcado por la muerte masiva de judíos durante la Shoá o holocausto nazi.
EL INICIO DE LA GUERRA
El inicio del conflicto fue el 1 de septiembre de 1939 luego de que Alemania invadió a Polonia cln la intención de formar el "Tercer Reich". Con este hecho, el Gobierno alemán sometió a gran parte de Europa continental.
Como cosecuencia de las invasiones, se produjo la declaración de guerra de Francia con los países del imperio británico.
Hasta inicios de 1941 Alemania conquistó a las naciones vecinas y posteriormente firmó junto a los soviéticos un acuerdo en el que la URSS ocupó los territorios de las seis naciones vecinas. El Reino Unidos y la Commonwealth fueron los únicos entes capaces de combatir contra estas potencias.
En diciembre de ese mismo año, el Imperio japonés pretendió expandir sus dominios y atacó a Estados Unidos y a las posesiones europeas, francesas y británicas de Asia, un acto que marcó a los estadounidenses y por estas ambiciones terminó la guerra luego de la rendición del Emperador nipón.