Dayanna Capezzuti
Las recetas ancentrales de las abuelitas para sanar los malestares de cabeza y tos con el consumo de hierbas, aplicar café para detener las hemorragias de las heridas o untar mantequilla y sal para desinflamar los chichones, son a juicio del vicepresidente de la Federación Médica Venezolana, Juan Correa, un efecto placebo que sugestiona al paciente a sentirse aliviado.
Explicó que todas estas prácticas tradicionales con fines curativos que se han mantenido de generación en generación en nuestro país carecen de químicos farmacológicos y sobre todo de fundamento científico, por lo que no podrían sanar a una persona quebrantada de salud. “Por ejemplo si alguien utiliza el café para detener la sangre de una lesión, solo servirá de tapón al vaso afectado, pero no lo va a curar”, dijo Correa.
Al consultarle sobre otras prácticas comunes como colocar el papel periódico sobre la barriga para que alguien no vomite más y la utilización de los guarapos de anís para ayudar a regular la menstruación en las mujeres, reafirmó que son creencias arraigadas a la cultura venezolana, y que muchas personas recurren a ellas en la actualidad como consecuencia del encarecimiento de los medicamentos.
El médico y director de la red Médicos Unidos, Jaime Lorenzo, expresó que en el caso común de dolor de cabeza o la cefalea lo único que pudieran hacer las hojas de salvia en la frente es relajarla. Consideró que esta costumbre es un mito, y se basa más en el efecto relax que el enfermo siente al creer que la planta lo mejorará.
Aseguró que colocarse café en las lesiones de la piel para parar el sangrado no es razonable sino contraproducente, porque puede infectar la zona con pus. “Recomiendo a las personas que se cortan y no tienen remedio para untarse lavarse con agua y más nada, así no se agrava la situación generándoles fiebre por la contaminación”, sentenció.
Además de las mencionadas creencias ancestrales conocidas, hay otras igual de populares entre las que destacan: el ungüento de hojas de neem para la escabiosis o sarna o las semillas de auyama como oxigenante.
Sumado al consumo del ajo masticado u hojas de guanábana como antihipertensivo, el vinagre como regulador de la insulina, el malojillo para el estómago, la pesadez y como diurético.
2019-11-14
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