La ley que autoriza el aborto en Uruguay quedó firme luego que una consulta de carácter voluntario realizada el domingo no logró la participación del 25% del electorado, necesaria para someterla a referendo.
Luego de que habían sido escrutados más del 95% de los circuitos, la consulta sólo logró la adhesión del 8,65% (226.653 personas) del electorado, según las cifras publicadas por la Corte Electoral en su sitio oficial en internet cerca de las 24 horas. Para convocar el referendo era necesario que sufragara el 25% de los electores (unas 655.000 personas).
"Se votó regular, pero lo que nosotros decimos es que estamos muy satisfechos con el esfuerzo que se hizo para lograr que la sociedad reflexionara sobre este asunto", dijo Pablo Abdala, diputado del Partido Nacional (de tendencia centrista) y uno de los principales promotores de la consulta.
Ahora la ley que despenaliza el aborto en Uruguay, aprobada por el Parlamento en octubre y en vigencia desde diciembre, queda firme definitivamente.
La ONG feminista Mysu ("Mujer y Salud en Uruguay"), una de las promotoras de la ley de aborto, saludó el resultado en su sitio en internet. "Que no se hayan juntado las adhesiones necesarias para habilitar un referéndum indica claramente que la sociedad uruguaya está dispuesta a seguir avanzando", afirmó.
La consulta no tenía opciones de voto; los que participaron sólo encontraban una papeleta blanca con un texto que pedía se sometiera a referendo la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
Los principales líderes de la oposición, integrantes del Partido Nacional y el Partido Colorado de derecha, exhortaron a la gente a concurrir a la consulta. En tanto, el gobernante Frente Amplio de izquierda llamó a defender la ley, aprobada en octubre del año con la unanimidad de sus legisladores, no presentándose a votar.
"Quiero defender la ley porque hace casi 100 años que este tema está en debate y ese prolongado tiempo de discusión lo pagaron muchísimas mujeres con su vida o con su capacidad reproductiva", dijo la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, en el sitio de internet del partido.
Sin embargo, el ex presidente Tabaré Vázquez, también del Frente Amplio, sí concurrió a votar.
"Hay cosas en las que no hay que medir el costo político, y esta es una de ellas", declaró tras votar. "Yo dije que iba a participar. No hay sorpresas. En Uruguay todos saben cuál es mi posición. No hay secretos", afirmó Vázquez, que en 2008 dejó sin efecto una ley similar aprobada por el Parlamento mediante el veto presidencial.
Distintas organizaciones llevaron adelante la campaña a favor de la consulta.
"Este es un tema que no atañe sólo a la mujer. No nos olvidemos del concebido", un individuo independiente que "tiene ADN, tiene órganos, por ejemplo, corazón. Y además hay un tercero en discordia que es el padre. Esta ley no contempla la opinión del padre" a los efectos de decidir un aborto, afirmó el diputado Abdala.
En tanto, unas 20 organizaciones feministas, sindicales y profesionales lanzaron una campaña en contra de la consulta bajo la consigna "Yo no voto, ¿y vos?"
La campaña publicó una lista de 12 motivos para no votar, porque "derogar la ley es votar en contra de la salud de las mujeres" y "volver a la práctica clandestina del aborto". Advertía además que si se derogara la ley no se evitarán los abortos, sino sólo se evitará el acceso a los servicios de salud que garanticen la seguridad de las mujeres que los realicen.
El Ministerio de Salud no ha hecho públicas las cifras de abortos desde que la ley entró en vigor en diciembre, pero el viceministro de esa dependencia, Leonel Briozzo, dijo que se estima que desde entonces se realizan entre 300 y 400 abortos legales por mes, es decir alrededor de 4.000 al año. No existen cifras confiables sobre la cantidad de abortos que se realizaban antes de la legalización.
"No tenemos estadísticas fiables porque es una práctica socialmente no aceptada y hasta hace poco criminalizada", dijo la senadora oficialista Constanza Moreira a radios locales.
En Uruguay, que tiene una población de 3,2 millones de habitantes, hay unos 45.000 nacimientos al año, según cifras oficiales.
"Hoy día hay tantas opciones de anticoncepción, existe incluso la pastilla del día después. Entonces me parece muy egoísta la opción de abortar por no haber usado todos esos métodos a tiempo. Hay que asumir lo que a uno le toca si se equivoca y queda embarazada", dijo Susana Scapiego, una arquitecta de 45 años, a la AP luego de votar.
Según distintos sondeos los uruguayos están divididos respecto de la ley de aborto.
Mientras 46% de los habitantes está a favor de mantener la ley de interrupción del embarazo, 38% está en contra y 16% no tiene opinión, agregó la encuestadora. El sondeo, que está publicado en el sitio de Cifra en internet, fue realizado telefónicamente a 1.008 entrevistados de todo el país y tiene un margen de error de tres puntos porcentuales.
El Senado uruguayo aprobó en octubre la ley que despenaliza el aborto en las primeras 12 semanas de gestación, convirtiendo a Uruguay en el segundo país de Latinoamérica después de Cuba en permitir el aborto libre en el primer trimestre de embarazo.
La ley despenaliza los abortos pero exige que las mujeres justifiquen su decisión frente a un panel de expertos y que cumplan cinco días de reflexión antes de confirmar que quieren continuar con el procedimiento. La justicia no tiene intervención excepto en los casos de menores, que deben recibir el aval de un juez.
Pasadas las 12 semanas de gestación la ley también despenaliza los abortos cuando la vida de la madre esté en riesgo o el feto sufra deformidades y hasta las 14 semanas en el caso de los embarazos producto de una violación.
La senadora oficialista y primera dama Lucía Topolansky había dicho al votar el texto en octubre que le parecía "bien" que la ley se sometiera a plebiscito y que estaba "segura" de que los uruguayos la confirmarían. /AP