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Los carritos ambulantes aún guapean

Sabado, 15 de febrero de 2020 a las 08:00 pm
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Redacción 2001 | Johan Azuaje

Los carritos ambulantes se caracterizan por sus infinitas actividades comerciales: se usan en ventas de perrocalientes y hamburguesas, churros, helados, cachapas, cepillados y demás. Los dueños de estos carros trabajan en el sector informal y nadie sabe con exactitud cuántos hay en Venezuela. Sin embargo es notoria su ausencia en la ciudad; aunque su modelo de negocio no es nada nuevo, parece que ya no es tan rentable.

Daymir Torres tiene un carrito de raspados en la plaza La Candelaria. Su recorrido comienza desde las 10 de la mañana por las escuelas cercanas a la zona, finalizando su jornada a las 4 de la tarde. “Yo me resguardo temprano, antes me quedaba hasta las 8 o 9 de la noche. Comencé hace cinco años porque me quedé sin trabajo, era vigilante en Macaracuay, nos liquidaron y aproveché y compré el carrito, pero cada día es más difícil vender. Solo los muchachitos me compran en las escuelas”.

Integración. En el caso venezolano, las cifras de personas desempleadas no son del todo claras por la opacidad del Ministerio del Trabajo o entes como el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Tradicionalmente se ha considerado la economía informal como un refugio para mujeres y hombres que no encuentran trabajo estable, por lo cual deben aceptar cualquier empleo o crean su emprendimiento por medio de actividades económicas limitadas o incluso marginales, según la guía de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del año 2013.

Sin embargo, no todos los trabajadores de la economía informal son de bajos recursos: algunos comenzaron funcionando por escalas y debido a su dinamismo, han hecho crecer sus empresas.

Adicionalmente puede haber empresas formales que optan por mantener la informalidad en algunos aspectos, según explica el profesor y economista Carlos Peña. “Existen empresas que no declaran sus ingresos a las autoridades impositivas o no registran a sus propietarios y trabajadores en el Ministerio del Trabajo o el sistema de Seguridad Social. Tienen físicamente un local, una infraestructura, un registro, pero sus acciones son informales”.

Retrospectiva. Para el venezolano era tradición comprar cotufas en las plazas, helados en los parques, y el refrescante de los estudiantes era famoso “raspado” o “cepillado”, un helado basado en hielo raspado, de allí su nombre, con un preparado en líquido de frutas y leche condensada. Estos establecimientos móviles eran visibles en cada esquina, y se masificaron con la ola migratoria a Venezuela de haitianos. La marcha de los carritos de helados eran inmediatamente reconocida. Con el tiempo esto se ha ido desvaneciendo, ya no es tan usual ver los a los vendedores de helados. De los pocos que quedan aún en Caracas está el señor Mario Berrios. Su carrito lo adquirió mediante un trueque de unamoto que tenía paralizada por falta de repuestos. Explica que vender helados ya no es rentable, pues las paletasb están costosas. “En promedio el más barato es de paleta y lo vendo en 45 mil bolívares. El más caro casi no traigo porque no los vendo, dime ¿quién va a gastar 45.000 mil bolívares en efectivo en un helado? No tengo más trabajo y por mi edad me toca seguir”. 

Costos. Los costos para quien desee invertir son altos, tanto así que se pueden comparar con los precios de una moto usada y un carrito de de cachapa, que oscilan entre 200 y 250 dólares.
Para poder utilizarlo es necesario registrar el tipo de trabajo que desempeñará la persona, si es gastronómico, de golosinas, bebidas, para finalizar con el permiso legal que corresponde al espacio, zona, dimensiones y estructura.

Esta cantidad es solo para tener el carrito y el espacio, sin contar los gastos adicionales del emprendimiento, como la materia prima a utilizar, gastos de servicios como el alquiler donde guardar el carrito, implementos, servilletas, platos y bombonas de gas, entre otros.

Un carrito de cachapa genera en un día “malo” de Bs. 250 a Bs. 350 mil. Los precios del plato varían: una sencilla ronda los 75 mil y con queso y jamón 120mil. El precio también varía por zona, pues una cachapa de La Hoyada jamás costará lo mismo en Prados del Este.

Permisos. Para quienes desean emprender en el sistema de economía informal con carritos ambulantes, es necesario tener un permiso emitido por la Alcaldía de Caracas, que a través de ciertos criterios estipulados en su página web especifican las dimensiones y restricciones que debe poseer el emprendimiento.

Dimensiones de las estructuras móviles para la venta (carros) no podrán ser superiores a 1,50 metros de largo por 1 metro de ancho y su altura no debe exceder de 1,80 metros.

Otra regla es que solo se permitirá la colocación de una silla, quedando prohibida la colocación de cavas, mesas o refrigeradores adosados al vehículo. Queda prohibida igualmente la toma ilegal de energía eléctrica de postes y tanquillas, deben tener un horario comprendido entre las 9:00 y las 18:00 horas, y por último deben cumplir con el día de parada vigente (Miércoles).

¿Se esfumaron?. Quedan muy pocos trabajadores que se levantan en mañana a empujar sus carritos para buscarse el día a día. Ya no ven rentable el trabajo por diversos factores: escasez de efectivo, escasez de materia prima, ni hablar de la inseguridad, y solo algunas generaciones mantienen la tradición o recuerdan los buenos tiempos con sus cepillados, churros, y cotufas.

Muchos de estos trabajos honrados han mutado a otras actividades que mantienen la misma estructura informal pero son más rentables. Es el caso de Jonathan Uzcátegui, un joven comerciante que se dedicaba a la venta de cotufas en Sabana Grande y ahora dejó de recorrer el boulevard para dedicarse al emprendimiento gastronómico llamado “Foodtruck”.

“La necesidad me llevó a vender cotufas, pero estos últimos años debido a la crisis ni cotufas la gente quiere comprar, yo no tenía punto de venta, todo era en efectivo y muchos no cargan ni 30 mil bolívares”. Otros factor potencial es la escasez de efectivo en el país, un factor importante con la que los carritos ambulantes se manejan, al ser informales los puntos de venta no son una opción.

2020-02-17

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