Ana Cristina Blanco Perez
Fátima Fernández es la primera terapeuta ocupacional que crea un programa para prevenir y atender lesiones ocupacionales a músicos, Zulay González creó la primera institución educativa que da al coaching el rango profesional con el aval del ministerio de Educación, Yousef Hindi cambió las telecomunicaciones por el diseño de juguetes para niños, Rafael Carrero da a los músicos la posibilidad de grabar videos en exteriores “raros” con calidad de exportación, Jonathan De Aandrade y su familia confían en la calidad de sus cocadas como la clave ganadora. Todos son venezolanos y creen en el emprendimiento.
En medio de lo que muchos especialistas han catalogado como la peor crisis de su historia, Venezuela muestra cada día la cara de hombres y mujeres que se arriesgan a invertir dinero y el más preciado de sus tesoros: el tiempo, para sembrar en su tierra natal esperando cosechar éxito, dinero y renombre. Eso sí, en todos el denominador común es el amor y la pasión.
La pregunta obligada es: ¿es de locos emprender en Venezuela? “Claro que no”, afirma categóricamente Zulay González Cegarra, especialista en emprendimiento y directora de un proyecto que nació como tal y ya es empresa. Se trata del Instituto de Estudios Superiores Ávila (IES Ávila), la única institución de formación en coaching avalada por el Ministerio de Educación. “El venezolano que emprende es un valiente”, insiste.
¿Qué es un emprendimiento? “Es esa idea o iniciativa que tú quieres desarrollar en función a crear una necesidad que haya en el mercado o a darle respuesta a una necesidad que estás escuchando. Su característica básica es que es innovadora, es distinta a lo que actualmente está en el mercado y ofrece un valor agregado diferente”, explica González, quien dictó la asignatura “Iniciativa emprendedora” por diez de los 16 años que fue profesora en la Universidad Metropolitana. Un día se dijo: “¿Cuándo voy a emprender? Estoy con estos estudiantes, dándoles herramientas y estrategias para el emprendimiento, ¿qué pasa si yo empiezo a emprender mi propio proyecto?”. Entonces, el IES Ávila nació en 2014.
Para la también coach senior así nacen los emprendimientos, paso a paso en una escalera de cuatro E: estudiante, empleado, emprendedor y empresario.
Explica que en la etapa de estudiante se aprenden competencias para ir al mercado laboral; como empleado la persona adquiere procesos, método, disciplina y estructura; cuando elige emprender con las ideas y pasión propias de esta decisión, ya tiene en el morral los conocimientos y la experiencia en los procesos de la empresa que pone en práctica en su proyecto. Durante el emprendimiento aprenderá tanto de los errores como de los éxitos y todo esto lo llevará a ser empresario, etapa en la que convertirá los éxitos en mejores prácticas.
Una cocada multisápida.
Tu Cocada Express es un emprendimiento familiar liderado por Jonathan De Andrade y su papá, acompañados por la esposa y cuñada de Jonathan. La matriz fue la sede de El Paraíso, frente al Parque Naciones Unidas, y en dos años nacieron tres tiendas más que cuentan con 60 empleados. “Siempre hemos sido comerciantes y decidimos seguir apostando a Venezuela”, asegura De Andrade. La receta para surgir en medio de tantas franquicias de la popular bebida de coco ha sido la calidad del mismo.
“Podemos tener 10 mil ventas de cocadas alrededor, como hay muchas panaderías, abastos y otros negocios, pero nosotros nos centramos en ofrecer calidad”. Reconoce que esto no es fácil en medio de una hiperinflación tan variable, sin embargo, “el cliente merece tener un buen producto y por eso nos esforzamos en darle variedad”.
Recomienda el emprendimiento para quedarse en el país y aconseja tomar como guía la realidad venezolana. “Somos emprendedores, vamos a empezar pero vamos a hacerlo con calidad”, insiste. Su esposa Vanessa, añade que mantenerse en medio de la crisis económica no es tarea fácil, por lo cual es fundamental enfocarse y reinventarse cada día.
“Seguimos creando por amor a Venezuela”
Yousef Hindi es el director ejecutivo y diseñador de “Magidiseños”, emprendimiento que nació en 2014 y se centra en crear juguetes didácticos para niños de 1 a 3 años de edad en pleno corazón de Caracas. Hijo de emigrantes libaneses, creció en una venta de artículos para bebés familiar, estudió Ingeniería de Telecomunicaciones y luego de fabricar muebles infantiles por varios años, se decantó por diseñar juguetes.
“Somos unos enamorados de Venezuela y decidimos seguir apostando por el país aunque cambió nuestra misión, que ahora es impactar en los niños venezolanos”, explicó.
“Ahora apostamos al desarrollo de la mente del niño porque es el primer eslabón para tener un gran país”, subrayó. Para esto estableció alianzas con la Universidad Javeriana de Colombia y así contar con juegos que desarrollen las capacidades de los niños a un nivel superior.
Asegura que emprender en Venezuela no es una locura. Cree que en las crisis es cuando “la mente explota”para sobrevivir. Hay que aprender, estudiar y ser creativo”.
En su experiencia, el enfoque determina si se consigue el capital para iniciar la empresa que se desea. “Claro que podríamos vender las máquinas y convertir esto en un depósito de comida, pero nosotros queremos aportar al desarrollo del país”, aseveró.
Considera que el trato que se le da al talento humano es fundamental. “Los acogemos como si fuera nuestra familia. Los muchachos que trabajan acá viven en Barlovento, La Guaira, los Valles del Tuy y nunca faltan. Si quiero tener una empresa grande lo puedo lograr transmitiendo confianza, deseo y conocimiento”, subrayó.
De la música también se vive si hay creatividad
Fátima Fernández y Rafael Carrero son ejemplos de que se puede vivir del arte, en este caso de la música.
“Músicos de Alto Rendimiento”
Fernández es la terapeuta ocupacional creadora del programa “Músicos de Alto Rendimiento”, el único emprendimiento dedicado a prevenir y tratar lesiones ocupacionales en músicos profesionales.
Empezó el proyecto a solo un año de graduarse, hace trece años, cuando su hermano el guitarrista Ángel Fernández se lesionó con el síndrome del túnel carpiano en las dos manos. Allí detectó que estos artistas carecían de médicos especialistas para curar sus lesiones tan específicas.
“En ese momento me conecté también con la música, porque vengo de una familia muy musical y la única que estaba haciendo una carrera diferente era yo y a partir de allí se juntaron mis dos amores: la terapia ocupacional y la música”.
Investigando encontré riesgos de la profesón que necesitaban guía y trabajo en el ámbito de la salud y de la ocupación, “que es a lo que yo me dedico”. El año pasado ganó el programa Semillas Naranja, gracias al que elevó su emprendimiento recibiendo asesoría del más alto nivel para que sea completamente rentable.
“Toco y me voy”
Rafael Carrero es ingeniero de sonido y productor musical. Desde los 20 años se dedicó a este mundo hasta que vio la necesidad de apoyar a los músicos venezolanos que están empezando y estableció su emprendimiento “Toco y me voy”, que graba a los músicos en escenarios capitalinos diferentes como el techo del Teatro Teresa Carreño o entre las dos Torres de El Silencio.
“Participé en varios festivales internacionales y vi a venezolanos mostrando sus videos frente a buscadores de talento y eran de mala calidad, grabados con un celular cuya cámara no servía o con el sonido de una taguara de fondo, y me dije: ‘No puede seguir pasando esto’”. Así que, aunque el arte en general está desasistido, Carrero insiste en apostar a mostrar el talento nacional y sumar a la empresa privada.
Para sustentar su proyecto creó el Ciclo Toco y me voy que presenta conciertos de destacados artistas como Miguel Delgado Estévez y Aquiles Báez y los difunde a través del Canal Toco y me voy en YouTube.
2019-11-30
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