Dayanna Capezutti | dcapezutti
En conmemoración del Día Mundial de las Personas con Discapacidad, recogimos los testimonios de tres capitalinos con limitaciones físicas, quienes también son eco de las exigencias de otros discapacitados que anhelan el acceso a buenos servicios de transporte, salud y a un trabajo digno.
Marco Antonio Mendoza, quien sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas cuando tenía siete años, criticó que el Sistema Metro de Caracas no cuente con el tecnicismo adecuado para que los afectados puedan trasladarse con precaución en las instalaciones.
“La Ley para las Personas con Discapacidad es clara en este campo, por ejemplo: el art. 41 expresa que todos los medios de transporte público deben tener tanto la accesibilidad, como la orientación e información necesaria para suplirnos y no dejarnos a la deriva”.
Sin embargo, insistió que estas normas no se cumplen: agregó que una vez se ayudó junto a mujer -que tampoco caminaba- a moverse dentro del subterráneo, pero la señora no tuvo mucha fuerza y se desbocó.
En ese sentido, el fotógrafo Julio Suárez, quien padece de una lesión cervical, contó que se cayó en dos oportunidades en el Metro, porque la persona que lo ayudaba a desplazarse carecía de la habilidad para manejar su silla, a causa de que es más pesada que otras, pues se conduce hasta con palanca.
“Si existiera una mejor política para nosotros yo pudiera pagarme mis rehabilitaciones que son caras, cada una sale alrededor de 380 mil bolívares, sumado a que cuento con un enfermero particular para ser asistido en casi todo lo que desempeño. Además gasto mucho en remedios”.
A su juicio, si estuviera apoyado económicamente se recuperaría más rápido, puesto que cuando podía pagar sus terapias logró mover más las extremidades.
Por otro lado Richard Cedeño expresó que tiene poco tiempo con su discapacidad -por un accidente- y su sueño es estudiar y trabajar. Destacó que lo más le preocupa es la falta de insumos para suplir sus necesidades personales, como comprar las sondas y las medicinas (antibióticos y pastillas que lo ayuden a digerir bien los alimentos para prevenir males gástricos).
“Casi nadie tiene acceso a los medicamentos para tratar estas lesiones y no tenemos para comprar los cojines anti escaras, la Misión José Gregorio Hernández antes los donaba pero actualmente lo hacen menos por la crisis. Reitero que las medicinas y los productos personales son costoso si lo adquirimos por cuenta”.
Añadió: “El Gobierno puso a la disposición dotarnos de eso, además está referido en el artículo 10 de la ley que nos ampara”.
Hacen deporte. Nada es imposible si hay voluntad, reza un dicho antiguo, y en nuestra nación está la Fundación de Lesionados Medulares de Venezuela que incentiva a practicar algunos deportes que se ajustan a las condiciones físicas de ellos, entre los que destacan: el tenis de mesa y el basketball.
“Muchas veces jugamos basketball con personas que no sufren de nuestros problemas motores, buscamos desarrollar empatía en ellos para que entiendan lo difícil que es. Antes se creía que porque alguien no caminaba, no podía ni trabajar. Yo soy licenciado en Administración e Informática y trabajé en lo mío”, dijo Marco Mendoza.
Finalmente Richard y Julio refirieron la importancia de que las autoridades gestionen juegos y campeonatos para personas con problemas motores, para que los animen y estos se sientan bien por lo que hacen junto a los demás.
2019-12-04
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