Daisy Galaviz
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En el refugio "José Ángel Lamas", ubicado en la avenida San Martín, donde hace seis años funcionaba el edificio de Ipostel; residen 186 personas, miembros de 36 familias que duermen y viven en condiciones decadentes, aunque bajo la mirada de cuadros de Chávez y Maduro.
Niños y adultos con escabiosis, paredes hechas de diabrol decoradas con huecos por las ratas, filtraciones, duchas que sirven de cocina, baños tapados, tuberías inservibles y filtraciones por doquier, es un breve diagnóstico de lo que se ve en los cuatro pisos de la estructura y sótano que es habitada por refugiados de las parroquias San Juan, Propatria, Parque Central y 23 de enero.
No tienen donde dormir
El tamaño de cada apartamento no es suficiente para Deivis Sánchez, sus once hermanos, mamá y padrastro. Sánchez tiene 18 años y cuenta que el y su hermano diariamente duermen en el pasillo porque en su cuarto no entran todos.
Relata que ni el ni sus hermanos menores laboran, su mamá se gana la vida como señora de servicio; es de acotar que ellos residen en el piso dos, el ala A, allí comparten el baño cuatro familias y los espacios de la ducha hacen las veces de cocina
Escabiosis
La humedad como causa de las filtraciones que está presente en la mayoría de paredes del sitio, ha sido la causante de que niños y adultos tengan escabiosis.
Dumaris Gómez, de 25 años de edad, es una joven que está sin trabajo, tiene tres pequeños de cinco, dos años, y una bebé de solo cuatro meses, los tres tienen escabiosis sobre infectada, según el diagnóstico realizado por el médico que los atendió en el ambulatorio del sector.
Asegura que les ha dado tratamiento, pero "la humedad de las paredes no ayuda".
Adriana Cabrera es otra de las infectadas por la enfermedad de la piel, tiene 52 años, antes vivía de invasora, y la Alcaldía de Libertador la trasladó hasta el refugio junto a su esposo tiene su espalda, brazos y abdomen cubierta de ronchas por la escabiosis.
Servicios
Las 36 familias no tienen agua corriente se sirven de un tanque subterráneo, cuya bomba tiene dañada la pila y por ello a todos les toca cargar su agua a través de tobos. Con respecto a la electricidad todos los apartamentos tienen instalaciones improvisadas.
No tienen cómo
Carlos Lozada vive en el sótano y su apartamento tiene marcas de balas a pesar de que allí duermen sus hijas de tres y seis años. Cuenta que no se ha ido del lugar porque no tiene dinero ni estabilidad laboral, pues es vendedor de café. Es incapacitado tras una fractura lumbar y su pareja es ama de casa.
Filtración
Yusmely Araujo tiene cinco hijos y reside en el último piso. Hasta diciembre tenía un apartamento pero la filtración hizo que sus cuartos se derrumbaran. Detalla que tomo la sala de reuniones (los demás miembros aceptaron) que años atrás servía era la cocina. Exige una vivienda.
El dato
Tras las precarias condiciones en las que viven, el pasado 24 de enero de 2017, entregaron una carta a la casa de gobierno del Distrito Capital, pues Protección Civil, a través de un informe, los mandó a desocupar y hasta el día de hoy no han recibido respuesta.
Fotos: Jaicob Articopy
2017-03-08