Nayzai Saavedra
La psicóloga social Yorelis Acosta recordó que Venezuela se encontraba en una mejor posición en el Informe Mundial de la Felicidad de 2017 (evaluado entre 2014-2016) porque la situación de la crisis se encontraba menos agudizada y las personas tenían “esperanza” de que las cosas mejoraran.
El hecho de que para este año (2015-2017) se encuentre en el puesto 102 en el ranking general no es ninguna sorpresa para Acosta, la especialista venía advirtiendo desde 2015 -en base a sus propios estudios- que la tristeza se estaba convirtiendo en el sentimiento que predominaba en el venezolano. Indicó que el ranking evalúa cómo se siente el en- cuestado y como se proyecta a futuro (unos cinco años), en una escala del 1 al 10.
“En años pasados aún había una expectativa positiva de bienestar para el mañana, eso se rompió”, señaló Acosta agregando que ahora el venezolano evalúa una perspectiva negativa porque siente que ha perdido libertad, el salario no le alcanza, no puede costear la salud, y eso tumba el estado de ánimo.
Manifestó que la felicidad y el bienestar son conceptos subjetivos y relativos, dependen de cada persona, por lo que cuantificarlos no es tan fácil.
También llamó la atención sobre que en las variables tomadas en cuenta (ingresos, esperanza de vida saludable, apoyo social, libertad, confianza y generosidad) el país está completamente aplastado: “Estos aspectos han empeorado hasta llegar a este momento de desolación, al ‘verbatum’ de queja constante que se ha intensificado”, explicó.
2018-03-15