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Un día para no olvidar a los que no recuerdan (+Infografía)

Martes, 20 de septiembre de 2016 a las 08:00 pm
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Toni Ipsa | [email protected]

El alzheimer, declarado por la Organización Mundial de la Salud, todos los 21 de septiembre como Día Mundial, es la causa más frecuente de demencia en mayores de 65 años de edad.

Hasta el momento no existe una cura, por lo que la recomendación de los neurólogos es llevar a cabo acciones preventivas. Sin embargo, especialistas dicen que la terapia ocupacional juega un papel importante para, por lo menos, retardar el avance progresivo del mal.

La Fundación Alzheimer Venezuela, institución conformada por los familiares de pacientes con la enfermedad y otras demencias, así como profesionales de la salud y estudiantes, activó una programación durante septiembre cuyo tema es “Recuérdame”.

Su presidenta, Mira Josic de Hernández, quien tiene 27 años de experiencia sobre la enfermedad, afirma que es importante la detección precoz para promover una efectiva interacción, la función cognitiva, y el tratamiento de la depresión.

“La terapia ocupacional ayuda al paciente a adaptarse a sus crecientes discapacidades, evaluar y sugerir cambios pertinentes para ajustar una mayor funcionalidad en esas tareas propias de la cotidianidad”, explica.

Leer libros, ir al cine, participar en juegos, crear algún tipo de responsabilidad y realizar ejercicios, son algunas recomendaciones.

Importancia. Se les ha dado a los derechos y necesidades de las personas con alzheimer muy poca prioridad. En particular, con la progresión de la enfermedad, su autonomía disminuye y las personas de edad con demencia tienden a ser aisladas, excluidas.

Es decisivo considerar la demencia a través de un enfoque basado en los derechos humanos, pues las personas con demencia son titulares de derechos.

Enfermedad. La principal característica del alzheimer es la pérdida de la memoria y otras capacidades mentales a medida que “mueren” las neuronas.

Al avanzar el mal está latente la confusión mental, irritabilidad y agresión, cambios de humor, trastornos del lenguaje, pérdida y una predisposición a aislarse a medida que declinan los sentidos del paciente.

Un síntoma que prevalece en su fase inicial y que es recurrente es la dificultad al momento de orientarse en las calles, sobre todo si se conduce un automóvil, así también en la forma de interactuar en su propio entorno familiar.

Paulatinamente llega la pérdida de aptitudes, como reconocer objetos y personas. Otras de las características del padecimiento son los cambios bruscos de conducta, lo que conlleva a tener arranques muy violentos, incluso personas que nunca manifestaron este tipo de comportamiento.
En el lenguaje será más frecuente y mucho más evidente la inhabilidad.

La demencia en su fase más avanzada produce el deterioro de la masa muscular, lo que impedirá cierta movilidad, todo esto hará postrar al paciente, que lo mantendrá en cama.

Con el tiempo el paciente cae en un estado de autosuficiencia para cuidar de sí mismo, por lo que la ayuda de terceros son una medida vital. Los familiares así como los cuidadores también pueden brindar detalles importantes sobre las habilidades rutinarias, pues éstos son los que mantienen una constante con la persona afectada, algo importante de esta evaluación es que el paciente no está al tanto de sus propias deficiencias, y aquí es donde la información será muy valiosa al médico tratante de la salud.

Cuidar a un paciente con alzheimer es una tarea que desgasta tanto física como emocionalmente, lo que a la larga éstos también sufren las dos partes del mal.

Infografía: Cortesía Mapfre

2016-09-21