Nayzai Saavedra
El precio de los libros, sobre todo los que son importados, pueden sobrepasar el sueldo mínimo, por lo que se hacen poco accesibles para la mayoría de los venezolanos. Aun cuando se trata de títulos que ya cuentan con cierto tiempo de publicación, o que ya han dejado de estar “de moda”, igual los costos aumentan.
Otra consecuencia de la crisis es que hay personas que se están deshaciendo de los libros que han comprado con anterioridad para obtener ingresos adicionales.
En dos plataformas
El comercio de libros usados por la web se ha convertido en una buena opción para los asiduos de la lectura, sobre todo porque hay una gran variedad de cuentas en Instagram y de ofertas en Mercado Libre en la que se pueden conseguir ejemplares en buen estado -como dicen los vendedores- a costos accesibles y otros más “manoseados” a precios por debajo de la media.
Para los ofertantes, vender por Internet les permite diversas ventajas, no tienen que moverse de sus hogares con la “mercancía”, no gastan su tiempo esperando a que alguien se “enamore” de algún título y, por lo general, cobran antes de hacer la entrega.
Para los compradores también puede ser beneficioso por la amplia gama de precios que hay, siempre y cuando tengan cuidado de las cuentas y ofertas por las que se deciden para hacer las transacciones.
En el caso de Mercado Libre hay que tomar en cuenta esa medida de seguridad: la reputación del vendedor y chequear los comentarios de los usuarios que pudieran o no comprar con anterioridad.
También debería estar conforme con el método de entrega o de retiro.
En el caso de Instagram, la fiabilidad es más difícil de medir, se puede tomar en cuenta el número de seguidores, con cuánta periodicidad publica, el tiempo de respuesta y el método de compra. En cuanto al producto, puede pedir que se le envíen fotos del libro para asegurarse que el ejemplar esté en el estado en el que se describió.
Disponibilidad
Además de los costos, hay un problema adicional en el país y es la poca variedad de títulos.
Los lectores no tienen opciones para seguirle la pista a las obras de sus escritores favoritos, al menos que estos se conviertan en un “boom” mundial -como ocurrió en su momento con sagas como “Crepúsculo”, “Los Juegos del Hambre” o “50 Sombras de Gray”-. En este sentido, el problema no es el costo, sino la posibilidad de encontrar el ejemplar, situación que se afinca en el caso de las sagas.
Ilegal
Las ventas lejos de un local comercial también tienen sus “peros”. Por una parte, están las impresiones “alternativas”, que no cuentan con el apoyo de una editorial -no son oficiales- y se corre con el riesgo de que sean traducciones -en el caso de los autores de otras lenguas- que no concuerden con la obra original o que les falten páginas.
También está la venta de libros digitales. Hay que tomar en cuenta que es muy diferente hacer las adquisiciones desde plataformas como Amazon -en donde se le está comprando directamente al autor o a la editorial que lo representa en la web-, que hacer el negocio con una persona por Mercado Libre o Instagram, pues estos pueden enviar un archivo en PDF o Epub (formato digital) que bajaron gratis vía web -piratas generalmente- y que puede vender las veces que desean para lucrarse.
Estos archivos en PDF que ofrece Internet no deberían tener costo, pues por lo general son compartidos por foros que editan estos formatos sin fines de lucro.
2017-06-18