EFE
El silencio reinante en Machu Picchu durante su larga clausura por la pandemia del covid-19 se rompió finalmente el pasado domingo con un espectáculo nocturno donde anunció al mundo su reapertura al turismo de manera segura, bajo la nueva normalidad de llevar mascarilla y mantener distancia social.
Tras siete meses y medio solitario y sin visitantes, el monumento más emblemático del Antiguo Perú hizo una llamada global para que los turistas vuelvan a maravillarse de la joya arquitectónica de los incas enclavada en las montañas de Cusco, sin temor a aglomeraciones ni a caer contagiados por el coronavirus.
Su reapertura fue a lo grande, con una inédita iluminación de sus estructuras que exaltaban la majestuosidad de la ciudadela en mitad de la oscuridad y de la lluvia, y con sus muros como un lienzo sobre el que se proyectaron distintos efectos, como cataratas de agua que caían por sus diferentes niveles.
2020-11-02
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