La sonda Solar Orbiter, que viaja hacia el Sol, realizó la primera observación directa y consistente de un fenómeno llamado "latigazo magnético".
Los datos registrados aportan “pistas convincentes” sobre el origen de este fenómeno y apuntan a cómo su mecanismo de formación podría ayudar a acelerar el viento solar, el flujo continuo de partículas energéticas que emite la corona solar, según un estudio que publica The Astrophysical Journal Letters.
Se conoce como "latigazo magnético" a grandes y repentinas desviaciones del campo magnético del viento solar.
Las observaciones de la sonda de la Agencia Espacial Europea (ESA), confirmó que dicho fenómeno puede tener su origen cerca de la fotosfera (capa externa del Sol).
Estos latigazos podrían ser uno de los mecanismos que ayudaran a explicar uno de los grandes misterios del Sol: por qué la fotosfera tiene mucha menos temperatura que la corona (atmósfera).
Asimismo, el astrofísico Javier Rodríguez-Pacheco, señaló a la Agencia EFE que "aún es muy pronto para sacar verdaderas conclusiones".
Este fenómeno ya había sido detectado por las misiones Ulysses y Helios, pero con tecnología del siglo pasado.
Esta se recogió del entorno de las naves, y su explicación se hizo hecho de manera netamente teórica.
La planificación de Solar Orbiter
Las observaciones del Solar Orbiter fueron el pasado marzo con el coronógrafo Metis, que toma imágenes de la atmósfera exterior de la estrella.
Esta grabó una imagen que mostraba un pliegue distorsionado en forma de S en el plasma coronal, “sospechosamente parecido a un cambio de dirección”, agrega la ESA.
"Diría que esta primera imagen de un latigazo magnético en la corona solar ha revelado el misterio de su origen", señaló Daniele Telloni, del Observatorio Astrofísico de Turín (Italia) y uno de los firmantes del estudio.
Los latigazos corresponderían a plasma de movimiento muy lento por encima de una región activa del Sol que aún debe liberar su energía almacenada.
Solar Orbiter realizará el 13 de octubre su paso más cercano al Sol, a unos 42 millones de kilómetros.
Para su preparación, esta semana sobrevoló Venus, cuando fue alcanzada por una gran eyección de masa coronal.
La sonda no sufrió daños pues está preparada “para este tipo de condiciones tan duras”, dijo Rodríguez-Pacheco.
Rodríguez destacó la gran intensidad de la eyección, con una velocidad de unos 1.100 kilómetros por segundo.
A la espera de recibir y analizar todos los datos, el científico señaló que la segunda eyección produjo más partículas de alta energía de lo esperado, lo que se podría deber a que recogió las ya generadas por la primera.
Fuente: EFE
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