Redacción 2001.com.ve
Collecchio es una pequeña ciudad ubicada en Italia, que se ha convertido en un ejemplo ha seguir debido a que allí se ha impuesto una normativa que establece que los juegos artificiales que emitan ruidos, deben ser cambiados por otros sin sonido, intentando rescatar la alegría de las celebraciones con la vistosidad que dan las luces, pero concientizando en el daño que dicho ruido ocasiona en las mascotas.
Hay animales que tienen un oído mucho más agudo que los del ser humano, es por eso que las consecuencias que dejan estos ruidos en en ellos puede ir desde estrés, taquicardia, aturdimiento, problemas cardíacos y miedo.
Perros, gatos y aves, pueden reaccionar de diferentes maneras ante el estruendo y poner en riesgo sus vidas, al no saber de donde provienen.
En el video que se mostrará a continuación una compañía demuestra que es posible celebrar, mantener la vistosidad de las luces y seguir disfrutando sin necesidad de este ruido cuya cantidad de decibeles generados, sobrepasan a los que podría soportar un perro, por ejemplo.