BBC
Mientras en La Habana se realiza la I Convención de Radio y Televisión, dedicada a debatir la "influencia de los productos radiales y televisivos de alta demanda en la formación de valores y la defensa de la paz", en las casas cubanas la TV de factura local no convence.
En el interior de los hogares, cada vez gustan menos los productos de la TV nacional y se consume más lo que se ha convertido en principal fuente de entretenimiento para muchos: el "Paquete Semanal".
En Cuba no existe -o al menos no está disponible en los hogares – la televisión por cable o Internet.
Asimismo, las antenas satelitales o parabólicas son ilegales, y aunque cada vez haya más personas en abierto desafío a la prohibición (sobre todo en la capital del país), no constituyen una fuente mayoritaria de acceso al entretenimiento.
Esto no significa que la gente se resigne a vivir ajena a la modernidad.
Al tiempo que merma la calidad de la TV surgen alternativas asociadas a la extensión de las nuevas tecnologías, como el Paquete de marras: entre 400 Gigabytes y 1Terabyte de información digital que privilegia lo audiovisual e incluye revistas en PDF, páginas web, fotografías, multimedias, software, aplicaciones para teléfonos móviles y otros contenidos.
El Paquete tiene cerca de 5 años en la vida sociocultural cubana y gracias a él se tiene acceso— con una semana de retraso—, a lo que trasmiten televisoras extranjeras, junto a contenidos descargados de Internet, incluyendo publicidad comercial, algo no visto en la TV nacional, toda controlada por el estado.
Ningún estudio oficial lo confirma pero algunas fuentes indican que los videos se descargan desde instituciones estatales donde el ancho de banda lo permite, y desde hogares donde existen antenas ilegales.
Otras versiones especulan que el Paquete se conforma en Miami, y que luego se "inyecta" aquí con contenidos nacionales como anuncios publicitarios de peluquerías, hostales y estudios fotográficos, de los nuevos negocios privados de ls isla.
Además de proporcionar entretenimiento, el también llamado "YouTube cubano" ofrece empleo singular a un número creciente de personas que se dedican a "moverlo" a lo largo y ancho de la isla; primero desde la capital hacia las provincias (a través de autobuses del transporte interprovincial), y luego dentro de las ciudades mediante una red de "paqueteros".
Los "paqueteros" distribuyen la información de varias maneras: en puntos fijos bajo licencia oficial de "Vendedor – Comprador de Discos", por las calles en discos duros extraíbles, o rentando memorias flash (USB) con capítulos de reality shows, series y telenovelas del momento.
Willy es uno de ellos. Con una bicicleta y seis discos duros en su mochila asegura que los lunes son especialmente agotadores. —"¡Es increíble,… hasta los hombres ya andan detrás de las novelas!". Me explica entonces los gustos de su clientela, tras experiencia de más de un año en la actividad: las mujeres prefieren las novelas y los reality shows; los hombres buscan más deportes y documentales, mientras los adolescentes se inclinan por las series, películas, videos musicales y juegos.
El Paquete puede comprarse por un precio que oscila entre 20 y 50 pesos cubanos (US$0.80 y US$2) , dependiendo del día de la semana; mientras más fresca la información más cuesta. Algunos clientes recuperan el dinero invertido en obtenerlo al vender los videos nuevamente, lo cual hace que la cadena de distribución sea muy eficiente.
Abel Prieto, Asesor de los Consejos de Estado y de Ministros, se refirió al Paquete durante el último Congreso de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) como un resultado de "errores de nuestras instituciones educativas, culturales y de nuestros medios".
Dijo también que "el camino no es por supuesto prohibir el Paquete. Ya se sabe lo que pasa cuando tú prohíbes las cosas". Las declaraciones traslucen una apertura ante las iniciativas sociales, pero igual indican que el gobierno no está conforme del todo, y que se estudian variantes para asumirlo como fenómeno sociocultural.
En Cuba no haría falta un Paquete Semanal, ni mucho menos "estudiarlo", si la gente tuviera acceso a Internet, y si la televisión estuviese a la altura del siglo en que se vive.
Hasta donde sé el Paquete no incluye temas de contenido político, pues podría afectarles el negocio, pero sería ingenuo dejar de notar que hay secciones dedicadas a noticias de Cuba, cuya fuentes exclusivas son las web de Cubadebate y Granma (medios oficiales) y otras de noticias internacionales que casi siempre se toman de la agencia Russia Today.
Por eso yo -conspiranoico titulado, debo aclarar…- desconfío de la autenticidad del Paquete como iniciativa limpia ante la falta de Internet y de buena TV.
Tampoco sería la primera vez que se hacen "experimentos previos" con los contenidos que consumimos los cubanos: antes de tener la señal de Telesur, por ejemplo, durante un tiempo se transmitió solo una parte de su programación, una especie de curaduría titulada "Lo mejor de Telesur".
Cuba, país pionero de la moderna televisión y de la TV en colores en América Latina, ahora es que comienza a socializar la tecnología de difusión digital, un proceso que según anunciaron las autoridades debe concluir en 2021 con un "apagón analógico".
Las causas de tal atraso pasan por la perspectiva del Gobierno, que acusa al bloqueo o embargo estadounidense como principal freno al desarrollo, y por el ángulo de sus detractores, quienes culpan a la corrupción, la torpeza administrativa y la falta de voluntad política.
Los equipos electrónicos que decodifican la señal digital ya se venden en la red de tiendas del país, a precios que superan las posibilidades económicas del cubano común.
Pero el tránsito hacia lo digital es solo el aspecto tecnológico de la TV Cubana. Su contenido -lo más criticado por la mayoría- no manifiesta hasta hoy signos sólidos de mejorías, a pesar de los congresos y convenciones, a pesar del reconocimiento gubernamental, y de que hasta la prensa oficial arremete cada vez con mayor entusiasmo.
2014-10-10