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El reloj marca el mediodía del 24 de enero y miles de habitantes de La Paz se vuelcan a plazas y calles a comprar dólares, casas y otros bienes hechos en miniatura con la esperanza de que un día sus sueños se materialicen.
Es el día de la "Alasita", una festividad de origen indígena, en el que se celebra a Ekeko o dios de la abundancia, representado por un hombre gordo y de baja estatura que carga bienes y alimentos.
Sus creyentes afirman que si se le hace una ofrenda el Ekeko no hará falta nada en sus hogares durante el año.
Los bolivianos hacen una ofrenda con las miniaturas, a las que rocían con alcohol e incienso. Generalmente la gente compra billetes minúsculos de dólares, euros o moneda boliviana, pero también casas, departamentos, automóviles y hasta títulos universitarios.
"Alasita", una palabra aymara que significa "cómprame", atrae a centenares de creyentes, incluso a jóvenes que compran hasta diminutos certificados de matrimonio.
"Yo creo fielmente en el Ekeko. Gracias a él tengo todo lo que le pedí. Le pedí dinero, me lo dio; le pedí una casa, me la dio; le pedí una familia y me la dio; le pedí un negocio, me lo dio", dijo a The Associated Press Bautista Acuña, un importador de vehículos de 44 años quien junto a su esposa cargaba su propia estatuilla del dios de la abundancia.
"Él sólo pide que creamos, que le tengamos fe y que le invitemos un cigarrito", agregó.
A su lado una pareja esperaba su turno para hacer bendecir con el yatiri -el sacerdote aymara- las miniaturas que había comprado. La mujer, Cristina Choque, una comerciante de 33 años, cargaba una muñeca vestida de rosado rodeada de pequeños billetes de papel. "Ya tengo un hijo de 14 años pero no he podido tener otro. El Ekeko me ha cumplido todo, ya tenemos casa, auto, un negocio y ahora vengo para que me cumpla el deseo de tener una hija", dijo la mujer.
Según la creencia si una persona compra una versión en miniatura del bien que desea durante el año o en el futuro podrá conseguirlo.
Para los antropólogos el origen de esta festividad se remonta a creencias religiosas prehispánicas de antiguos pueblos de los Andes y se ha extendido al norte de Chile y el sur de Perú, donde hay una alta población de origen aymara.
2017-01-31