BBC MUNDO
Cuando las aves dejan el nido para buscar alimento para sus polluelos, estos quedan vulnerables a los ataques de sus depredadores.
La plañidera cenicienta (Laniocera hypopyrra) desarrolló una novedosa estrategia para evitar que esto ocurra.
Adquieren la apariencia y los movimientos de una oruga tóxica (de la familia Megalopygidae) con la que comparten el hábitat, según descubrió un equipo de investigadores colombianos.
Lo más probable, explican los científicos, es que esta curiosa adaptación haya evolucionado para disminuir las probabilidades de ataques a los nidos y aumentar así el éxito de la anidación de la especie.
"La imitación de la oruga se vuelve menos pronunciada después de los 16 días de nacido el polluelo. Es decir, cuatro días antes de que abandone el nido", explica Gustavo Londoño, investigador de la Universidad de California Riverside y coautor del estudio publicado en la revista The American Naturalist.
2015-03-04