BBC MUNDO
Era de noche y Frank Almond, primer violinista de la Orquesta Sinfónica de Milwaukee, caminaba por el estacionamiento del Colegio Universitario de Wisconsin, en el noreste de Estados Unidos, al término de una actuación.
Con él llevaba un violín o, más bien, un tesoro: un Stradivarius de casi 300 años de antigüedad valorado en US$6 millones.
De repente, dos hombres se le acercaron y lo atacaron con una pistola eléctrica.
Acto seguido, tras recibir una descarga, Almond cayó al suelo y los ladrones huyeron en un auto con el Lipinski Stradivarius, fabricado en 1715, en su poder.
El instrumento -de los más deseados por músicos y coleccionistas del mundo- es uno de los casi 600 violines, violas y cellos fabricados por el famoso lutier Antonio Stradivari que sobreviven hasta hoy.
El único rastro hallado por la policía, desde que ocurrió el robo hasta ahora, ha sido el estuche de violín… vacío. Lo encontraron a varios kilómetros de la sala de concierto.
El vínculo
Pero no se trata de un robo cualquiera. Además del valor del objeto, llama la atención el modus operandi de quienes sustrajeron a Almond su instrumento.
Aunque anteriormente han ocurrido otros robos, el uso de la violencia para hacerse de un instrumento como éste es relativamente inusual, según señalan autoridades estadounidenses.
Y algo más: algunos expertos creen que será prácticamente imposible vender el violín en el mercado negro, pues se trata de una pieza fácilmente reconocible como robada, con sólo hacer una investigación breve.
Un donante anónimo ahora está ofreciendo una recompensa de US$100.000 a quien sea que provea información que permita recuperarlo, tal como confirmó una portavoz de la Orquesta de Milwaukee.
La violinista estadounidense Jennifer Koh dijo estar consternada con la noticia, al ser consultada por el diario británico The Guardian.
"No podemos pensar en nuestros instrumentos en términos de millones de dólares. Son una extensión de nosotros", aseguró la artista.
"Lo extraño"
Tras varios días de silencio por recomendación de la policía, Almond conversó con The New York Times acerca de lo que el violín -que en realidad pertenece a un dueño anónimo y le fue otorgado en calidad de préstamo permanente en 2008- significa para él.
"Es un cliché, pero en serio se desarrolla un vínculo misterioso", aseguró el músico.
Y agregó: "En este punto, mi mayor consuelo es algo que solía decir en público y que ahora intento repetirme todos los días: que por muchos años fui increíblemente afortunado por haber pasado por su vida".
En su página de Facebook, Almond expresó su agradecimiento por las palabras de ánimo, entre ellas las que recibió de varios colegas que pasaron por otras experiencias de robo.
Y junto a una foto de su preciado violín, escribió este mensaje: "Si alguien lo ha visto por favor comuníquese conmigo. Lo extraño".
Un violín parecido fue adquirido en diciembre en una subasta por US$2,3 millones, después de haber sido robado en un bar de Londres a una prestigiosa violinista coreana y recuperado por la policía tres años más tarde.
Lo curioso, dicen los expertos, es que quienes consiguieron por la fuerza el violín en Milwaukee difícilmente puedan sacarlo a la venta, en un circuito de especialistas en el que es fácil reconocerlo como un ejemplar único.
Quizás, especulan algunos, quien está detrás lo quiere para tocar en secreto o incluso para no usarlo y guardarlo como mero objeto de colección.
Domingo 2/2/2014