Planeta Joy
Todo el mundo sabe de las ventajas de la supuesta comida afrodisíaca, pero pocos conocen las consecuencias de la sitophilia, la enfermedad de los que padecen una obsesión erótica con la comida. Así, quienes la sufren se excitan con solo mirar platos de alimento. Y esto es lo que le sucede a Samme Mathews, una mujer de 42 años que vive en Las Vegas, y confesó: “Cuando veo un cupcake, se me despiertan pensamientos muy perversos”.
La debilidad de Mathews son los dulces y las tortas. Si cae en la tentación de entrar a una pastelería, automáticamente tiene que llamar a su novio para encontrarse lo más rápido posible. Lo más extraño de su condición es que, para llegar a un orgasmo, necesita comer tortas y donuts en la cama: “Me excita el aroma, la textura y el sabor”, explica.
Mientras algunos se estimulan sexualmente comiendo ostras, ella es más económica: solo necesita cupcakes y galletas. Pero esta conducta hizo que llegue a pesar 200 kilos. ¿Conservará a su prometido?
2014-01-21