Abrazar la almohada es algo que todos hacemos con mayor o menor inocencia; puede ser nada más que una postura idónea para conciliar el sueño o una suerte de erotismo escondido entre capas de algodón y un amor platónico hacia la industria textil en general.
Los que llevan ese abrazo un paso más allá están de enhorabuena: en Japón (cómo no) han dotado de relieve a las fundas de almohada y, claro, no lo han hecho con motivos geográficos para que uno se pueda aprender las cordilleras mientras duerme. No. Lo han hecho con tetas y culos, por supuesto.
Así que uno se puede permitir dar un par de toques antes de dormir o hacerlo escondido entre los pechos de una joven que no va a emitir queja alguna.
Pero además han decidido ilustrar el producto con un vídeo explicativo tan elocuente que da envidia. Esto va a requerir de toda vuestra atención; dejad lo que estéis haciendo y preparaos: